El riesgo de fracaso en el Estatuto amenaza con enturbiar la coalición PSdeG-BNG

El BNG se anticipó ayer a la posibilidad de un fracaso en la reforma del Estatuto y defendió que, en ese caso, el Parlamento someta a votación las posiciones de unos y de otros para que los ciudadanos "sepan cuáles son las razones del desacuerdo". En ese debate, el Bloque confía en tener a su lado al PSdeG, pero el deseo de los nacionalistas choca frontalmente con el compromiso de Emilio Pérez Touriño de no abrir un debate sobre el Estatuto si no hay acuerdo para la reforma. El presidente suscribió ese pacto en noviembre con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

La ponencia estatutaria se volvió a reunir ayer en el Parlamento y dejó listos para su debate en comisión los títulos de la reforma que se refieren a los derechos de los ciudadanos y principios rectores de la actuación de la administración y a la economía y hacienda. Entre las discrepancias que siguen vivas destaca la que mantiene el BNG en torno a la financiación y que reivindica porcentajes de cesión del IRPF, el IVA y los impuestos especiales muy por encima de lo que socialistas y nacionalistas están dispuestos a asumir.

El portavoz del BNG, Carlos Aymerich, trató de mostrarse esperanzado ante el desarrollo de las negociaciones. No obstante, subrayó, el consenso que no se consiga cerrar "ahora va a ser imposible hacerlo después de las municipales. Por eso debemos poner las cartas boca arriba y decir qué cesiones estamos dispuestos a hacer".

Pero, a pesar de su optimismo, el portavoz del BNG insistió en que, si no hay acuerdo, el Parlamento debe proseguir su trabajo. Y eso significa que la comisión debe aprobar la reforma por mayoría y remitirla al pleno del Parlamento para su debate. "El debate debe terminar de forma clara, tal y como está previsto. Porque la sociedad tiene derecho a que las cosas se le expliquen claramente y que las cosas no se cierren en falso", explicó.

Luz y taquígrafos

En opinión de Aymerich, nadie entendería que si no hay acuerdo no haya debate en el Parlamento. "La sociedad tiene derecho a que, con luz y taquígrafos, cada fuerza se posicione y diga cuáles son sus razones de desacuerdo. Es lo mínimo que le debemos al pueblo que nos eligió", razona el portavoz nacionalista.

Pero el pleno parlamentario que el BNG quiere celebrar si no hay acuerdo choca frontalmente con el pacto al que Pérez Touriño llegó con Núñez Feijóo en noviembre para excluir del debate político la reforma estatutaria si ésta no llega a buen puerto en la reunión del miércoles. En aquella ocasión ambos dirigentes decidieron que, en caso de desacuerdo, la negociación en torno al Estatuto quedaría en suspenso hasta después de las elecciones municipales.

El portavoz parlamentario del PSdeG, Ismael Rego, eludió ayer anticipar cuál va a ser la postura de su grupo en ese supuesto y trasladó la decisión a la mesa de la Cámara, el órgano que reglamentariamente tendría que decidir acerca de la convocatoria del pleno. "No estamos en ese escenario", explicó. "Todo lo demás habrá que hablarlo en los órganos de la Cámara".

Más preciso que Rego se mostró el portavoz del Partido Popular, José Manuel Barreiro, quien quiso dejar claro que su grupo no teme un debate parlamentario si fracasa la búsqueda de un acuerdo en torno a la reforma estatutaria. "Nosotros somos favorables a todo lo que propicie el debate, y que clarifique las posiciones de los grupos dentro de la sociedad gallega", subrayó.

Los tres portavoces parlamentarios repitieron ayer el mismo argumento según el cual si no hay acuerdo no será por su culpa y sí como consecuencia de la actitud de los otros grupos. El portavoz socialista, por primera vez desde que comenzaron las negociaciones, reivindicó la autoría de las propuestas que mayor grado de consenso están consiguiendo en las negociaciones de la ponencia.