Tarifas congeladas
La devaluación de Argentina de hace cinco años no ha pasado inadvertida para las empresas de España, primer inversor extranjero en el país. "Como la economía estaba muy dolarizada, hubo problemas contractuales de todo tipo", recuerda Daniel Artana, ex secretario de Hacienda argentino.
No sólo se pesificaron depósitos y créditos, sino que también se congelaron las tarifas de los servicios públicos y los precios de la energía, lo que afectó a empresas españolas como Repsol YPF, Endesa, Telefónica, Gas Natural o Aguas de Barcelona, que terminó marchándose del país.
El economista Claudio Lozano identifica ganadores y perdedores de la devaluación, al comparar el PIB por sectores entre 1998, año anterior a la crisis, y 2006. Los suministradores de servicios, en los que se ha concentrado la inversión española, crecieron el 16,5% -salvo la actividad financiera, que bajó un 14,7%-, frente al alza del 26% de los productores de bienes, que siempre se favorecen de las depreciaciones de la moneda.
Repsol YPF destaca la "notable recuperación de la economía", que le permite proyectar una inversión en el país durante los próximos tres años, de 4.600 millones de dólares en exploración y producción de petróleo y gas. Fuentes de Endesa confían en que el Gobierno de Néstor Kirchner esté "en vísperas" de dictar el decreto que pondría en vigor la primera recomposición de tarifas de su filial de distribución, Edesur, desde la devaluación.
Las tarifas de Telefónica aún están congeladas en comunicaciones fijas, pero gana con el servicio móvil y la banda ancha. Los bancos "tuvieron que digerir pérdidas y perdieron la confianza de los depósitos a largo plazo, pero ahora están en proceso de recuperación y con una rentabilidad razonable", según el Artana. El crédito en relación al PIB bajó del 25% en el mejor momento de los noventa al 8% en la crisis y al 10% actual.
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