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Vizcaya calcula que la conexión directa de la A-8 y la A-68 no estará lista hasta 2011

Achaca el retraso de esta obra pendiente desde los 90 a problemas técnicos y de coordinación

La Diputación de Vizcaya espera concluir para finales de 2008 el proyecto constructivo de la autovía que debe conectar directamente las autopistas A-8 y A-68, pendiente desde la pasada década y cuya ausencia origina un punto negro en las salidas vacacionales. Si no hay más contratiempos, estaría en funcionamiento en 2011, ya que requerirá, al menos, dos años y medio de obras. La Diputación achaca la demora del proyecto a problemas técnicos y al hecho de que su ejecución que implica a los gobiernos central y vasco, a dos municipios y a varias entidades privadas

Son apenas seis kilómetros de carretera que discurre principalmente por los municipios de Zaratamo y Arrigorriaga, pero que en fechas concretas se convierte en un embudo para quienes transitan entre la autopista Bilbao-Behobia (A-8) y la Bilbao-Zaragoza (A-68). Los vehículos provenientes de Vitoria y Zaragoza por la A-68 que quieren dirigirse a San Sebastián o Francia tienen que salir de la autopista y tomar la BI-625 en Arrigorriaga para incorporarse en Basauri a la A-8.

La Diputación de Vizcaya alivió parcialmente la situación en 2002, cuando renovó el tramo central de esta carretera. Entonces se eliminaron los dos semáforos, que tenían el dudoso honor de ser los únicos existentes en el corredor viario entre París y Lisboa. La obra ya tuvo multitud de dificultades y retrasos y fue el primer caso en Euskadi en que una administración impuso una sanción a una contrata por retrasos: dos constructoras debieron pagar casi 200.000 euros por demorarse siete meses en la entrega de este tramo de la autovía.

Pero quedaba pendiente la conversión de la carretera -de un solo carril por cada sentido en la actualidad- en una autovía. La redacción del proyecto no ha avanzado, pese a que esta obra está incluida en el proyecto viario global más ambicioso de la Diputación, el llamado Plan de Accesibilidad, que contempla la ejecución de cinco carreteras en el área metropolitana, entre ellas la Supersur, con más de 1.100 millones de coste.

Carlos Estefanía, director de Obras Públicas de Vizcaya, atribuye las demoras a problemas técnicos y al hecho que el proyecto afecta a bienes de más de media docena de instituciones y entidades. La complejidad es alta en la conexión con la A-68 desde los municipios de Zaratamo y Arrigorriaga, porque "el espacio es limitadísimo y tenemos el río Nervión, el ferrocarril, el sifón [las tuberías] del Consorcio [de Aguas Bilbao-Bizkaia] y la planta de cemento", señala.

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Estefanía agrega que en el diseño de la carretera están implicadas la Diputación, la Dirección de Aguas del Gobierno vasco, Renfe, el Consorcio de Aguas, los ayuntamientos de Zaratamo y Arrigorriaga, empresas privadas como la concesionaria de la A-68 y el Gobierno central, titular de la autopista. "Buscar una solución consensuada entre todos es complicado", aduce el director foral de Obras.

La Diputación ha concluido ya el diseño en la conexión de la A-68 desde Zaratamo y Arrigorriaga, que ha sido remitida tanto a la concesionaria como al Gobierno central, que deben emitir su opinión. Estefanía calcula que este proceso durará varios meses y luego se procederá a la redacción del proyecto de toda la autovía, que se prevé se prolongue durante un año. "Para finales de 2008 podría estar listo para las expropiaciones y la licitación de las obras". Pero la puesta en servicio se demorará, en el mejor de los caos, a 2011.

Salvo el enlace con la A-68, el proyecto contempla desdoblar la actual carretera para convertirla en autovía de dos carriles, pero esta obra también tiene dificultades por los desmontes que requiere y la ordenación del tráfico mientras durante las obras. "Pensamos en un plazo superior a dos años y medio [de trabajos]". El presupuesto global, aún sin definir, podría rondar los 100 millones de euros.

La oposición en Vizcaya se ha mostrado muy crítica con las demoras en la construcción de esta autovía. El PP ha censurado los atascos que se forman en periodos de vacacionales y el PSE cree que su inclusión en el Plan de Accesibilidad debía haber agilizado los trámites.

En tres años, el tráfico en la actual carretera que une las dos autopistas, la BI-625, ha aumentado casi un 40%: ha pasado de los 25.800 vehículos de intensidad media diaria que registraba en 2002, a los más de 34.200 contabilizados el pasado año, según el último estudio oficial de la Diputación vizcaína. Esta carretera soporta además un importante paso de vehículos pesados, el 16% del total de los que transitan por ella.

Imagen de la BI-625, que conecta las dos autopistas, a su paso por Arrigorriaga.
Imagen de la BI-625, que conecta las dos autopistas, a su paso por Arrigorriaga.TXETXU BERRUEZO

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