Castellar alza su voz contra un traslado
Medio millar de vecinos del municipio gaditano se movilizan contra el cambio de un empleado bancario
Castellar de la Frontera es un pequeño pueblo de la provincia de Cádiz ubicado en pleno corazón del parque natural de Los Alcornocales. Enclave pacífico y tranquilo donde los haya, sólo había visto hasta ahora cómo sus habitantes se alzaban en pie de guerra cuando hubo que defender las tierras que les pertenecían en el ya famoso contencioso sobre la Dehesa La Boyal. En 1981, el entonces secretario general del PSOE, Felipe González, consiguió recuperar para los habitantes del municipio más de 500 hectáreas de terreno pertenecientes a la finca La Almoraima, propiedad durante años del duque de Medinaceli.
Ahora, los castellarenses han vuelto a lanzarse a la calle por un motivo bien distinto. Exigen que Francisco Rebolledo, conocido ecologista de la localidad y empleado de la oficina de la Caja San Fernando, sea restituido en su puesto como interventor de esta entidad en la única oficina existente en el pueblo, tras haber sido trasladado a San Roque el pasado 30 de diciembre.
Rebolledo, que se encuentra de baja laboral como consecuencia de una crisis de ansiedad, recibió la noticia de su traslado el pasado día 18 cuando telefónicamente se le convocó a una reunión con el responsable de la caja en la zona.
Invitado a elegir
En el encuentro con sus jefes, el empleado fue "invitado" a elegir entre las oficinas de Algeciras, La Línea y San Roque para incorporarse tras las fiestas navideñas, por lo que desde ese instante debería abandonar la oficina de Castellar de la Frontera en la que ha estado trabajando durante 10 años.
"A Francisco se le dijo que el director actual de esta oficina ha perdido la confianza en él a raíz de varios asuntos administrativos", manifiesta el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) en Caja San Fernando, Emilio Galiardo, "pero, la verdad, es que se le traslada por su actividad sindical, ya que Kiko es delegado de CGT en esta entidad", asegura el sindicalista.
Sea por una causa u otra, lo que sí está claro es que el traslado de Rebolledo ha revolucionado la tranquila vida cotidiana de los castellarenses, que nada mas conocer la noticia, se pusieron manos a la obra. Así, el pasado viernes, día en el que Kiko -como se le conoce en el pueblo- iba a abandonar la oficina de la caja de ahorros en Castellar, se constituyó una plataforma ciudadana de apoyo, que, en pocas horas, logró recoger unas 500 firmas para que el empleado volviese a su puesto de interventor de Caja San Fernando en el pueblo.
Juan Casanova, uno de los vecinos que apoya la petición de restitución de Rebolledo, califica "indignación" la situación que viven gran parte de los casi 3.000 habitantes de Castellar, lo que ha llevado incluso a más de 200 a amenazar con retirar sus cuentas bancarias, sus ahorros o sus hipotecas de dicha entidad si en el plazo de siete días Kiko no vuelve a su oficina de siempre.
"Aquí han ocurrido cosas muy extrañas, porque a pesar de haber estado antes a las puertas de la Caja San Fernando recogiendo firmas, no ha habido nadie que haya respondido a nuestra petición de explicaciones sobre el traslado de este empleado, que para los usuarios de la caja ha sido siempre un trabajador ejemplar", apostilla Casanova. Este vecino lamenta que "el alcalde socialista, Francisco Vaca, pasase por la plaza del pueblo" donde estaban recogiendo las firmas y no se parase para preguntar qué pasaba. "Es lamentable que el alcalde haya recibido y apoyado a los trabajadores de Eastman Chemical en San Roque, a los que pretendían despedir, y no apoye a sus vecinos a la hora de reivindicar la vuelta de Kiko a Castellar", agrega Casanova.
Vaca replica que "a los trabajadores de la fábrica los pretenden despedir" y que el caso de Rebolledo no es igual, "ya que a él lo han trasladado". Vaca justifica su negativa a firmar junto a los vecinos que reclaman la restitución del empleado: "La decisión es meramente empresarial y no voy a ser yo quien se meta en el funcionamiento interno de la Caja San Fernando".
Escrito a Chamizo
El alcalde niega que la actividad ecologista de Rebolledo, quien desde hace años es miembro del grupo Agaden, haya tenido que ver con su traslado. "No se puede querer mezclar este asunto laboral con el Ayuntamiento y con la actividad conservacionista del afectado", añade Vaca.
Los más de 500 vecinos que apoyan al trabajador esperan a ver cuál es la reacción de los responsables de la entidad financiera en Sevilla. Para presionar aún más han remitido un escrito al defensor del pueblo andaluz, José Chamizo, al que han pedido su mediación.
Mientras, los vecinos de Castellar de la Frontera tendrán que esperar a que pasen los Reyes Magos para comprobar si consiguen lo que con tanto ahínco están pidiendo en los últimos días: que Kiko Rebolledo vuelva a su puesto de trabajo en el pueblo.
Un líder ecologista
Francisco Rebolledo Barreno nació en Jimena de la Frontera (Cádiz) , municipio del interior de la comarca del Campo de Gibraltar junto a Castellar. En esta localidad recaló el 13 de enero de 1997 como empleado de la Caja San Fernando, entidad en la que había empezado a trabajar en agosto de 1990.
Su faceta como destacado líder ecologista se inicia en 1989 cuando desde la Asociación Gaditana para la Defensa y Estudio de la Naturaleza (Agaden) se opone frontalmente al trasvase del río Guadiaro al Majaceite. No obstante, con anterioridad a su pertenencia al grupo ecologista logró movilizar a buena parte del municipio de Jimena para impedir la construcción de una urbanización en la ladera de Chinchilla, tras el histórico castillo de la localidad y el río Hozgarganta. La actividad ecologista de Rebolledo se extendió pronto a Castellar, donde logró junto a un grupo de vecinos que no se ejecutase el proyecto inicial de urbanización de las fincas La Cierva y La Guillena.
En otros aspectos sociales, Rebolledo también ha aportado su granito de arena. Es el caso de la ONG Aspa, para la que logró recaudar fondos que permitieron la construcción de tres escuelas en la provincia de Río San Juan, en Nicaragua. Además, también ha liderado la recaudación de fondos para la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui.
Éstos son algunos de los motivos por los que Rebolledo es una persona querida y reconocida en Castellar de la Frontera, el municipio donde ha trabajado durante 10 años hasta que el viernes fue trasladado a San Roque.
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