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La ofensiva terrorista

El PP reprocha al presidente que siga sin decir que el proceso se ha roto

El PP mantendrá la presión con todos sus medios para forzar al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a hacer una rectificación de sus palabras el día del atentado, cuando habló de "suspensión" del proceso para el final dialogado de la violencia y rehuyó pronunciar la palabra "ruptura". De momento, ha forzado que el próximo martes se reúna la Diputación Permanente del Congreso para votar la comparecencia de Zapatero que el PP reclama.

El Gobierno tendrá dos opciones: aceptar que el PP le marque el ritmo o presentar una iniciativa antes de que se vote la otra para que el presidente comparezca a petición propia. Ayer, poco después de que Zapatero hablara desde el lugar del atentado y, en una declaración sin preguntas, evitara de nuevo este polémico asunto para centrarse en su "determinación" de alcanzar la paz y perseguir a los autores del atentado, el PP volvió a la carga.

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"Ha perdido una nueva oportunidad de aclarar, como pedía Mariano Rajoy, cuál es su posición tras el atentado. No sirve lo que diga el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; tiene que ser el presidente del Gobierno quien lo haga ante todos los ciudadanos, en el Parlamento", señalaron fuentes de la dirección del PP. Ha sido Rubalcaba, de hecho, quien ha dicho en nombre del Gobierno que el proceso está roto por culpa de ETA.

Sin tregua

El PP está decidido a no conceder tregua en este asunto. Entre otras cosas porque muchos dirigentes dejaron claro en la reunión del comité ejecutivo del pasado miércoles que no creen que Zapatero quiera realmente dar por acabado el proceso.

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No es la primera vez que el PP utiliza la estrategia de exigir un compromiso que cree que Zapatero nunca podrá alcanzar. Rajoy pidió durante semanas que el presidente prometiera que no iba a "pactar en Navarra con quienes no quieren que sea Navarra", es decir, con los nacionalistas. Entonces se trataba de una estrategia centrada en las elecciones autonómicas en esa comunidad. Ahora se trata de una cuestión más de fondo. La totalidad de los dirigentes consultados están convencidos de que Zapatero ha arriesgado políticamente tanto con el proceso que quiere aferrarse a él como sea. Éste, dicen, se han convertido en el asunto clave de la legislatura.

La estrategia del Partido Popular se centrará ahora en reclamar el regreso del Gobierno, según su versión, al Pacto Antiterrorista. La ampliación a otros grupos depende, según Ignacio Astarloa, secretario de Libertades Públicas del PP, de que sean ellos los que se sumen a la política marcada en el pacto. "No se trata de modificar el acuerdo para ir nosotros hacia su política, sino de que ellos vengan a la política que marcamos en el pacto entre los dos grandes partidos", concluyó.

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