El olfato político de George Clooney
Cinco títulos estadounidenses y uno canadiense, entre los mejores del año 2006
'BUENAS NOCHES, Y BUENA SUERTE'. George Clooney
En el año en el que los Oscar volvieron a acordarse del cine para adultos, de las historias con enjundia sobre los males de la sociedad contemporánea, Buenas noches, y buena suerte fundió de manera ejemplar fondo y forma. Sobre un pulcro blanco y negro, y con una elegantísima puesta en escena, Clooney recuperó el mejor cine político de siempre: el practicado por gente como Lumet, Pollack, Pakula o Frankenheimer. Habló de un pasado nada remoto para referirse al presente, reivindicó la libertad de información y clamó contra las injerencias políticas y empresariales. Con tanta garra como clase.-J. O.
'C.R.A.Z.Y.' Jean-Marc Vallée
Ha sido una de las sorpresas del año y reconocida con varios premios en diversos festivales internacionales. Cuenta las peripecias de una familia de clase media en el Canadá francés de los años setenta y especialmente los conflictos de uno de los cinco hijos, Zachary, desde su nacimiento hasta sus 21 años, obligado por la moral del padre a ocultar sus inclinaciones más secretas. Plagada de magníficas secuencias, de ingenioso humor y de buena música, es un calidoscopio sobre las relaciones familiares, extensible a cualquier país. Uno de esos filmes aparentemente menores pero llenos de imaginación y con mucho buen cine dentro.-D. G.
'SYRIANA'. Stephen Gaghan
La segunda película del realizador neoyorquino Stephen Gaghan, guionista también de Traffic, es un ejemplo del quehacer de la industria del cine estadounidense: un guión excelente que asume y respeta la capacidad de pensar del espectador; un estilo narrativo eficaz; un equipo técnico de una profesionalidad indiscutible; un equipo artístico impecable (George Clooney, Matt Damon, Amanda Peet, Chris Cooper, Alexander Siddig, Christopher Plummer o William Hurt, entre otros muchos) y unos medios económicos apabullantes que surge de la productora Section Eight (George Clooney y Steven Soderbergh). El resultado es un estupendo y entretenido filme que une el deseo de atraer al mayor número posible de espectadores con una historia políticamente incorrecta en tiempos de Bush Jr. y Cheney y una notable documentación sobre ámbitos tradicionalmente opacos (empresas petroleras, gobiernos corruptos, agencias de inteligencia, adoctrinamiento de fanáticos religiosos, etcétera).-Á. S. H
'PALÍNDROMOS'. Todd Solondz
Una figura ludo-literaria muy querida por los escritores del Oulipo sirvió al insobornable Todd Solondz para poner título a su trabajo más experimental: un tour de force que, como los practicados por Perec o Queneau, ponía a prueba la emoción mediante un severo (y aparentemente arbitrario) corsé formal. Siete actrices y un actor para un solo personaje que podría ser, en el fondo, cualquiera de nosotros: una identidad inmutable perdida en un cuento de hadas de moraleja determinista. Una miniatura para temblar después de haber reído.-J. C.
'UNA HISTORIA DE BROOKLYN'. Noah Baumbach
¡Ay, de las historias de escritores! Este año, se han estrenado tantas películas de novelistas como de agentes secretos: dos oficios en franca decadencia que sólo se permiten la tristeza de una leyenda borrosa. Capote era un aburrimiento y Factotum, quizá contra todo pronóstico, bastante buena. Sin embargo, casi a tientas, se ha colado en los cines un nuevo subgénero cuya sola mención invita a la fuga: las historias de familias de escritores recién divorciados. Que nadie se engañe: Una historia de Brooklyn debería resultar una especie única, pero de glorioso recuerdo. Noah Baumbach, cuyo crédito de guionista en Life Aquatic ya le hizo ganar el cielo, ha conseguido una obra maestra en esta película de sutil infelicidad, confusión, desamor y encantadores egoísmos que envidiaría, y mucho, el mejor Truffaut. - F. C.
Babelia
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