Etiopía asegura que retirará sus tropas del territorio somalí "lo antes posible"

El primer ministro de Etiopía, Meles Zenawi, anunció ayer que sus tropas abandonarán Somalia "lo antes posible", probablemente "en un par de semanas", una vez que la situación se haya estabilizado tras la derrota de las milicias islamistas. Etiopía, cuyo respaldo al Gobierno provisional somalí fue decisivo para la rápida reconquista del país, pretende impedir que se produzca un vacío de poder. El Gobierno somalí ratificó ayer que tiene el control de todo el territorio y, como signo de normalización, anunció la apertura del aeropuerto de Mogadiscio.

"Nosotros no tenemos la capacidad ni la intención de cuidar [de Somalia]", dijo Zenawi en una intervención parlamentaria para informar de la ofensiva lanzada el pasado 24 de diciembre con las fuerzas del Gobierno somalí para desalojar a las milicias de la Unión de Tribunales Islámicos de las regiones del centro y el sur del país. "Nos iremos lo antes posible", insistió.

Zenawi pretende así calmar las suspicacias que despierta la presencia del Ejército etíope en Somalia, país con el que mantuvo una guerra en 1977 por el control del desierto del Ogadén. El Gobierno etíope, cristiano, ha justificado su intervención por considerar a las milicias islamistas como una amenaza para su seguridad nacional. Los servicios secretos occidentales creen que los tribunales, que fueron adquiriendo poder en una Somalia destruida por las luchas internas entre clanes, han sido infiltrados por elementos de la red terrorista Al Qaeda, que ya ha utilizado antes como base a este país del Cuerno de África.

El cerco se estrecha cada vez más sobre las milicias islamistas, que emprendieron el domingo huida hacia Kenia, perseguidos por las tropas etíopes y somalíes. El país vecino cerró ayer la frontera y detuvo a algunos combatientes. De hecho, cuatro helicópteros etíopes que perseguían a los milicianos dispararon por error contra el puesto fronterizo de Har Har. La policía keniana no ha informado si hubo víctimas.

Otra escaramuza se registró en Jilib, al norte del puerto de Kismayo, donde un hombre armado mató a dos soldados etíopes antes de ser abatido. "No podemos aceptar la propuesta del Gobierno para que nos rindamos", dijo ayer uno de los portavoces islamistas, en respuesta a la amnistía ofrecida por las autoridades somalíes.

El primer ministro, Alí Mohamed Gedi, ratificó ayer que el país estaba bajo el control del Gobierno provisional y que el aeropuerto de Mogadiscio, la capital, sería abierto hoy. Ningún desertor de las milicias, sin embargo, se ha acogido a la campaña de desarme que comenzó ayer en la capital. "Mi fusil es mi trabajo. No sé hacer otra cosa. Si quieren que yo lo entregue, me tienen que pagar", decía en Mogadiscio Mohamed Emir Abdi, un jefe de las milicias.