El 64% de los vascos teme que ETA rompa el alto el fuego
La confianza en el fin del terrorismo cae 26 puntos en seis meses
"Desconcierto, desconfianza y mayor pesimismo". Con estas palabras definió ayer Francisco Llera, responsable del Euskobarómetro, el sondeo semestral que elabora el Departamento de Ciencia Política de la Universidad del País Vasco (UPV), el estado de ánimo de los ciudadanos de Euskadi ante la posibilidad del final del terrorismo de ETA. El 64% de los encuestados, casi dos de cada tres, considera "perfectamente posible" que la banda armada rompa el alto el fuego que declaró el pasado 22 de marzo.
Esta percepción es común tanto entre los no nacionalistas (74%) como entre los nacionalistas (54%). La confianza en el final de ETA ha caído 26 puntos desde el anterior sondeo, elaborado en mayo. Los pesimistas suman un 42%, frente a un 35% que siguen albergando "mucha" o "bastante" confianza en el final de la violencia.
Las 1.200 encuestas que forman el trabajo de campo del último Euskobarómetro, presentado ayer en Bilbao, se realizaron entre el 10 de noviembre y el 12 de diciembre pasados, después por tanto del robo de más de 300 pistolas por la banda en Francia y en pleno rebrote de la kale borroka, endurecimiento del discurso de la izquierda abertzale y estancamiento en el proceso de paz, lo que se trasluce en las opiniones de los entrevistados.
La sociedad vasca sigue polarizada en dos bloques: nacionalista (un 42% se declara como tal) y no nacionalista (50%), que discurren "como dos opiniones públicas que no comparten casi nada", según los responsables de la encuesta. El rechazo a la violencia y la necesidad de un consenso político para atajarla es su principal rasgo unitario. De hecho, Llera destacó que el 55% de quienes se declaran votantes de EHAK exigen la condena de la violencia para que Batasuna puede volver a la legalidad.
La evidente ruptura con el optimismo que los vascos mostraban hace seis meses en el anterior Euskobarómetro, elaborado poco después del alto el fuego, se refleja también en que el 94% de los ciudadanos consideraba entonces que la evolución del problema de la violencia había mejorado. Los datos actuales son peores (62%).
Pese a todo, la violencia de ETA se mantiene como hace seis meses en el cuarto lugar entre las principales preocupaciones de los vascos, por detrás de las desigualdades socioeconómicas, el paro y la vivienda.
La opinión es mayoritaria respecto a que ETA y la izquierda abertzale tienen "poca" o "ninguna" voluntad de poner fin a la violencia (46%) e integrarse en el sistema (51%). Esta escasa esperanza choca con el amplio convencimiento (85%) de que en Euskadi se pueden defender todos los objetivos políticos sin violencia.
En cuanto a las condiciones para un diálogo entre el Gobierno y la banda, el 62% considera que se dan las condiciones fijadas por el Congreso, aunque con división entre quienes apoyarían una negociación incondicional (40%) y los que prefieren seguir condicionándola a que ETA deje las armas (47%).
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