Teherán califica de "ilegal" la resolución y mantiene su programa atómico

Irán calificó de "política e ilegal" la resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU. Un comunicado del Ministerio iraní de Exteriores considera que la resolución es una medida promovida por Estados Unidos y Reino Unido, que sólo "fortalecerá la voluntad del pueblo iraní" de seguir adelante con el plan nuclear. "La aprobación de esta decisión demuestra que algunos miembros permanentes del Consejo de Seguridad, especialmente EE UU y Reino Unido, quieren hacer uso de esta entidad para conseguir sus objetivos", añade el comunicado transmitido por la agencia ISNA.

"Esta nueva resolución no constituirá una traba para los progresos de Irán en el dominio nuclear", declaró por su parte Mohamed Alí Hoseini a la cadena de televisión pública. Se trata, añadió, de la "continuación de las actividades nucleares pacíficas de Irán, bajo la supervisión del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA)".

Poco antes de que se produjera el voto unánime del Consejo de Seguridad, el portavoz del Parlamento iraní, Golamali Hadadadel, amenazó con revisar las relaciones con la organización de Naciones Unidas, y en concreto con el OIEA, si finalmente se aplican las sanciones aprobadas. "Si pretenden privarnos de ciertos derechos, consideraremos la naturaleza de nuestra relación con el OIEA", dijo Hadadadel.

A su vez, el presidente de la comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior, Alaedin Boruyerdi, señaló que la revisión de las relaciones se hará en función de cómo se aplique la reprimenda, aunque precisó que, de momento, Irán no está interesado en abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). "Nos oponemos seriamente al desarrollo del arma atómica", precisó el parlamentario, para insistir en que el Gobierno iraní sólo pretende tener acceso a la tecnología nuclear de uso pacífico.

Irán ya decidió en febrero pasado negar a los inspectores del OIEA el acceso a sus instalaciones nucleares, después de que su polémico programa atómico fuera elevado al Consejo de Seguridad. El régimen de los ayatolás, como ya dijo tras la adopción el verano pasado de la 1.696, insiste en que a su país no se le puede negar el acceso a una tecnología que se compromete a utilizar con fines pacíficos.

Poco antes del voto, el viceministro iraní de Exteriores para Asuntos de América y Europa, Sabed Galili, dejó claro que su país no se sentará a negociar bajo presión o con condiciones previas. Una afirmación que fue reiterada después por su representante ante Naciones Unidas. Francia pidió al régimen de Teherán una mayor cooperación con la comunidad internacional y "la vuelta a la mesa de negociaciones" para evitar el "creciente aislamiento" del país.

Alemania, país que ha participado activamente en las negociaciones con Irán para tratar de resolver el contencioso nuclear, dijo ayer a través de su ministro de Exteriores, Frank Walter Steinmeier, que el hecho de que la resolución 1.737 se aprobara por unanimidad después de unas difíciles negociaciones "es una señal de la fuerte determinación de la comunidad internacional" de poner freno a los devaneos atómicos de Irán y a su amenazante programa de misiles balísticos. "La resolución era necesaria porque Irán ha hecho oídos sordos a las demandas de la comunidad internacional", afirmó Steinmeier. El jefe de la diplomacia alemana pide a Teherán que acepte la resolución y retome la vía de las negociaciones, al tiempo que le indica que "permanece en pie" la oferta realizada el pasado 6 de junio por el grupo UE3+3 (Francia, Alemania, Reino Unido y China, Rusia y Estados Unidos) si Teherán pone fin a sus actividades de enriquecimiento de uranio. La oferta incluía la entrega a Teherán de tecnología punta para la puesta en marcha de una central nuclear de producción eléctrica exclusivamente.

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores israelí, Mark Regev, declaró a Efe que "Israel da la bienvenida" a esta medida, que consideró "una declaración importante hecha por la comunidad de naciones y una expresión de la determinación para que Irán no desarrolle armas nucleares". Aseguró Regev que se trata de "un importante paso en el camino para impedir la proliferación nuclear iraní".