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Cada día se opera un enfermo de obesidad mórbida en la sanidad pública catalana

Aumenta la demanda, y el tiempo medio de espera para la cirugía es de 14,6 meses

Un paciente con obesidad mórbida espera una media de 14,6 meses para operarse en la sanidad pública catalana, cuatro meses menos que hace dos años. En 2005 se trataron y operaron 398 pacientes en los hospitales públicos de Cataluña. "Este año superaremos la actividad en más de 100 casos", explica Francesc Brosa, gerente de compra de servicios del Departamento de Salud. El número de catalanes que padece obesidad mórbida se ha duplicado en la última década y alcanza ya el 1% de la población adulta, según la encuesta de salud de Cataluña.

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La obesidad mórbida es una enfermedad que se caracteriza por un acúmulo excesivo de grasa corporal en el organismo y que, además, puede ocasionar enfermedades asociadas como diabetes, alteraciones respiratorias, enfermedades cardiovasculares y problemas relacionados con concentraciones elevadas de colesterol y triglicéridos, explica el médico Constancio Marco. Se considera obesidad a partir de un índice de masa corporal de 30 -peso en relación con la estatura- y cuando supera 35 es una obesidad grave.

El tiempo de espera para operarse ha disminuido gracias a las nuevas directrices del Instituto Catalán de la Salud y a los esfuerzos de los servicios jurídicos, pero "son listas de espera virtuales", advierte Antonio Alastrué, jefe clínico del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol. Alastrué asegura que es muy difícil dar prioridades y que es necesario que el grupo de trabajo interdisciplinario haga tres listas de espera que corran a la misma velocidad: por antigüedad, por gravedad y las reoperaciones, que también se producen.

Alastrué afirma que los resultados de la cirugía son espectaculares, pero también hay que advertir de un peligro. "Existen complicaciones y el enfermo puede morir". La técnica ideal no existe, pues es una subespecialidad en evolución, pero las actuales ofrecen buenos resultados, dice el cirujano y apunta una cifra de mortalidad de entre el 1% y el 3%. Tras la operación, el apoyo dietético, la medicación y el control médico son de por vida.

No es un problema estético

"No es un problema estético, sino de salud serio. Es una enfermedad grave que triplica el riesgo de morir por una enfermedad coronaria", explica Josep Vidal, coordinador de la Unidad de la Obesidad del hospital Clínico.

En la actualidad, el Clínico tiene una lista de espera de un año y medio, un periodo que se ha reducido en la última década. "Se indica cirugía en aquellos casos en los que el resto de tratamientos ha fallado", afirma Vidal.

El endocrinólogo Antoni Pérez, el psiquiatra José Soriano y el cirujano Xavier Rius trabajan juntos en el hospital de la Santa Creu y Sant Pau para tratar la obesidad mórbida. Un trabajo multidisciplinar, subrayan. En una primera visita valoran la obesidad del enfermo y el riesgo de salud para poder tipificarlo.

"Siempre intentamos prescribir dieta y ejercicio como tratamiento inicial", explica Pérez. Posteriormente, si está indicado y no existen contraindicaciones de salud, tiran adelante con la cirugía, aunque previamente el paciente se somete a una evaluación psiquiátrica. En el hospital de Sant Pau operan a partir de un índice de masa corporal de 40 o bien de 35 cuando existen enfermedades asociadas a la obesidad.

Soriano define el perfil de este enfermo: una mujer de edad media, inicio de la obesidad en torno a la primera gestación y trabajadora. "No existe una personalidad característica de la obesidad mórbida, pero suelen sufrir algún tipo de depresión leve y ansiedad".

"Hay que tener en cuenta que aquí los pacientes vienen a tratarse la obesidad y no a operarse la obesidad", subraya Pérez. "Hay mucha gente que tiene ideas equivocadas sobre este tipo de cirugía. Existen limitaciones: hay enfermos que nunca podrán comer un filete", añade. El número de solicitudes de primera visita por obesidad mórbida se ha duplicado en Sant Pau.

Alastrué habla de un futuro aluvión de pacientes, pero también de la necesidad de promover una mayor cultura entre la población y poner en marcha campañas de prevención.

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