Una farsa para desentrañar una historia de corrupción
Pascual Enrique Codina, concejal socialista, y su asesor José Luis Sánchez Mantilla idearon una farsa para desentrañar la supuesta corrupción que creyeron detectar en torno a la adjudicación del concurso del servicio de basura. Para cubrirse las espaldas y para que no recayera sobre ellos la sospecha de ser corruptos comunicaron sus intenciones al alférez del puesto de la Guardia Civil de Xàbia la víspera de la comida con el directivo de FCC, a la que acudieron con un equipo de grabación que llevaba el propio concejal. La instalación del mismo y la grabación en vídeo de la reunión corrió a cargo de un equipo de detectives. La Guardia Civil fotografió a los asistentes a la comida en el exterior del restaurante. Las denuncias se formularon en la comandancia de Xàbia los días 27 y 28 de noviembre.
El 25 de ese mes, en el restaurante El Raset de Dénia, se reúnen el concejal, su asesor, y dos responsables de FCC, Javier del Olmo y Antonio Campos. La comida (entradas, jabugo, lubina a la plancha y vino) tuvo lugar en un salón repleto de comensales, lo que dificulta la calidad de la grabación que un nervioso Codina realizó. El edil se ausentó varias veces de la mesa alegando un problema de próstata.
Los orígenes del caso
La alcaldía de Xàbia pasó del PP a los nacionalistas del Bloc a finales de noviembre del año pasado, tras una moción de censura. El cambio paralizó varias decisiones, entre ellas la adjudicación del servicio de recogida de basuras, hasta que el mes pasado se convocó la mesa de contratación. Codina, responsable del área de servicios, mantuvo diversas reuniones con las dos empresas (FCC y Cespa) que se presentaban al concurso y comenzó a recibir llamadas de los concejales Salvador Ferrer, de Ciudadanos por Xàbia, y Juan Vicente Leyda, del PP. Ambos, según consta en la denuncia, intentaron convencerle "para que la empresa FCC fuera la adjudicataria del contrato".
A esas llamadas se sumaron después, el 20 de noviembre, las de la secretaria de Jesús Porta, representante del Cespa, comunicándole el deseo de éste de reunirse con él, "interés que desapareció dos días después". "Lo que me pareció muy sospechoso, por lo que pensé que Porta podría haber contactado con algún miembro de la mesa que le hubiese solucionado su posible problema", añade en la denuncia.
Dos días después, Codina recibió la llamada de Miguel Chinchilla, secretario general de la UGT de la Federación de Servicios Públicos, de la Marina Alta y Baja, que se ofreció para servir de intermediario.
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