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Esos 200.000 madrileños que no pueden valerse por sí mismos

La atención a los dependientes en la región tiene una cobertura del 13%, 11 puntos menos que lo que los expertos consideran ideal

Pedro Zuazua

Dependiente es aquella persona que no se puede valer por sí misma, que, para comer, coger un libro o levantarse de la cama necesita ayuda. El pasado 30 de noviembre, el Congreso aprobaba la Ley de Dependencia, cuyo objetivo es que el Estado se haga cargo de la atención a esas personas a partir de 2007.

El referente usado para redactar la ley, la de mayor calado social de esta legislatura, fue el Libro Blanco de la dependencia, realizado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, una gran radiografía de la situación en España, con datos de diciembre de 2004. Atendiendo al Libro Blanco, Madrid, con 200.000, ocupa el cuarto lugar en lo que a número de personas dependientes se refiere, por detrás de Andalucía (500.000), Cataluña (360.000) y la Comunidad Valenciana (220.000).

Tres de cada cuatro personas impedidas en Madrid tienen más de 65 años
El Libro Blanco destaca que apenas hay centros de día pero sí más teleasistencia

Dos años después, las cifras han aumentado notablemente. Según datos de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales, Madrid tiene 375.000 dependientes. El 75% corresponde a mayores de 65 años. Un mes antes de que comience a aplicarse la ley, ¿cuál es la situación de los dependientes en Madrid?

El presupuesto para la atención de la dependencia supera, este año, los 700 millones de euros. Las opciones son varias, el tener acceso a ellas ya es otra cosa. "La situación de la dependencia en la Comunidad no es catastrófica, pero sí mejorable", dice Javier Font, presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), que representa a cerca de 325.000 personas. Font asegura que es "difícil" hacer un cálculo exacto de dependientes. "Somos parte de una cultura muy familiar y hay mucha gente que no quiere reconocer que es dependiente". "Una amplía mayoría, casi el 80%, son atendidos por sus propios familiares", explica.

Según el Libro Blanco, en la región se llevan a cabo 109.683 servicios, que se dividen en servicios de asistencia a domicilio (28.024), teleasistencia (37.931), centros de día (5.842) y servicios residenciales (37.886). Según estos datos, el índice de cobertura en la Comunidad se situaría en el 13,20%, lo que significa el tercer puesto del país, por detrás de Castilla-La Mancha (14,09%) y Navarra (13,95%). Según los técnicos que participaron en la elaboración del Libro Blanco, la situación ideal en Madrid sería la de alcanzar un índice de cobertura del 25%.

El Libro Blanco marca algunos de los puntos débiles de la dependencia en Madrid. Por ejemplo, los centros de día -160 con un total de 5.482 plazas- tienen un índice de cobertura del 0,70%. El mayor índice de cobertura de la Comunidad se encuentra en teleasistencia, con un 4,57%, sólo por detrás de Navarra (4,68%).

Según el estudio del ministerio, la Comunidad cuenta con 44 centros residenciales para personas dependientes. Esto es, 2.351 plazas, sólo por detrás de Castilla y León y Cataluña, que ofertan 3.223 y 3.811 plazas, respectivamente.

"Las cosas han mejorado bastante desde el año 2000, porque antes no había casi atención pública a las personas dependientes, pero todavía queda mucho por hacer", dice Mar Domínguez, trabajadora social empleada en un centro de atención a disminuidos físicos. "En el campo de los disminuidos físicos, apenas hay centros residenciales", explica.

Francisco / Gran dependiente: "Queremos ser independientes"

Francisco de la Torre es dependiente. Sufre artritis reumatoide desde los siete años. Va en silla de ruedas desde los 16 -ahora tiene más de 30- y necesita la ayuda de dos o tres personas a lo largo del día para realizar las actividades cotidianas. Él es uno de los 27.000 grandes dependientes que hay en la región. Además de las personas contratadas, su padre le echa una mano. "Yo he tenido suerte, porque recibo bastantes ayudas y antes me lo pagaba yo todo", explica. La silla de la que se sirve Francisco puede superar los 6.000 euros de precio.

"La ayuda a las personas dependientes ha mejorado bastante en Madrid. Ahora mismo estoy en un proyecto con el cual recibo ayuda económica de manera directa y puedo contratar a quien yo quiera", explica. Francisco no ve con muy buenos ojos la nueva ley: "No creo que sea lógico que los dependientes tengamos que juntarnos sólo con dependientes, no es un paso para nuestra integración".

Javier y Raquel/ Vivien con dos dependientes: "Las ayudas se quedan cortas"

Javier Hermo y Raquel Placeres tienen claro lo que es la dependencia. Su hijo Alan, de 20 años tiene parálisis cerebral, un 94% de discapacidad y una sordera del 60%. Además, María Teresa, la madre de Javier, también vive en casa. Tiene 85 años. La situación de ambos es diferente. Mientras María Teresa acude a un centro de día público, por el que tiene que pagar 109 euros al mes, Alan lleva dos años en la lista de espera de un centro concertado, llamado DATO. "El Ayuntamiento no nos permite buscar plaza en otro sitio", explica Javier.

Haciendo cuentas por encima, los 600 euros anuales que reciben como ayuda al transporte se quedan "muy cortos".

Charo / Madre de un discapacitado: "La demanda siempre es mayor"

"Siempre hay más demanda que oferta, eso es algo inevitable", explica -basándose en su propia experiencia- Charo Yago, directora de la Asociación de Padres de Alumnos Minusválidos.

Mientras ayuda a dar de comer a varios jóvenes discapacitados, explica que, antes de que la gestión del centro donde ella trabaja, situado en la calle de Jaén, pasara a manos de la Comunidad de Madrid, cada año se podían rechazar unas 20 solicitudes.

"Tenemos 45 plazas y sabemos que hay lista de espera, pero ya no depende de nosotros", comenta. Eso sí, la gestión pública les permite contratar a los profesionales que ellos elijan. "Las asociaciones pueden elegir qué personas quieren para sus centros".

Para Charo Yago, el gran problema para las personas dependientes con discapacidad está "en la ausencia de plazas de residencia" -hay apenas 190 plazas en dos centros de ese tipo- y "en la larga lista de espera para conseguir una plaza en un centro de día puedes estar dos años esperando, a no ser que sea algo realmente urgente".

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Sobre la firma

Pedro Zuazua
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo, máster en Periodismo por la UAM-EL PAÍS y en Recursos Humanos por el IE. En EL PAÍS, pasó por Deportes, Madrid y EL PAÍS SEMANAL. En la actualidad, es director de comunicación del periódico. Fue consejero del Real Oviedo. Es autor del libro En mi casa no entra un gato.

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