Janine Jansen y la magia Stradivarius

No es fácil la búsqueda del instrumento perfecto. Cada intérprete tiene su sonido ideal dentro y puede tirarse toda una vida persiguiéndolo en una carrera de aspiraciones y frustraciones mal pagadas. Pero parece que Janine Jansen, la joven estrella holandesa del violín (Utrecht, 1978), lo ha encontrado. Fue hace seis años cuando cayó en sus manos el Stradivarius con el que ha actuado desde entonces por todo el mundo. "Realmente mi violín marca la diferencia, y noto que con él me he acercado mejor al público", asegura.

Junto a su joya, una fabulosa pieza fabricada en Cremona en 1727 que le ha cedido la fundación holandesa Elise Mathilde, Jansen se presenta este fin de semana, ayer, hoy y mañana, en el Auditorio Nacional de Madrid acompañada por la Orquesta Nacional y Josep Pons. Lo hace con una pieza, el Concierto para violín y Orquesta opus 64, de Felix Mendelssohn, que ha grabado para Decca junto a la Orquesta Gewandhaus, de Leipzig, que dirige Riccardo Chailly. "Para mí es una pieza muy querida, viva, espontánea y fresca".

Para grabarlo fue fundamental que conectara con Mendelssohn de una manera más directa. "La música lo dice todo en este concierto", asegura Jansen, "pero para mí fue muy importante estar en Leipzig, su ciudad, donde vivió y murió, me aproximé a la pieza todavía más", asegura la violinista.

Probablemente acabe cansada de este concierto y del de Bruch, que también incluye en el disco, porque el año que viene es lo que le han pedido que toque por todo el mundo con giras por Europa, América y Japón. Pero de lo que parece que nunca se cansará es de la música de cámara, que es una de las cosas que más le divierten.

Este fin de semana le ha hecho ilusión coincidir en Madrid con el pianista Leif Ove Andsnes -que actúa hoy con el cuarteto Artemis en el ciclo Liceo de Cámara-, con el que tocará la semana que viene en el festival de Utrecht que organiza ella. "Tocar junto a alguien es muy bonito, pero en el fondo no hay mucha diferencia entre hacerlo con grupos de cámara a hacerlo con orquestas sinfónicas. La compenetración y el placer de hacerlo juntos es lo que importa".

También conserva el placer de hacer música con su familia. Si el fuerte de los violinistas decididos para hacer carrera solista está sobre todo en el repertorio clásico y romántico, con sus padres y hermanos disfruta de otros territorios como el barroco. "Mi padre es organista y toca el clave; mi madre es cantante, y yo canté desde niña en el coro de la iglesia. Todavía hacemos música juntos y lo pasamos en grande", afirma la violinista.

Jansen no es la única atracción del programa de la ONE este fin de semana, aunque sí es la más llamativa. Además del concierto de Mendelssohn, la orquesta interpretará el Canto de los espíritus sobre las aguas, de Schubert, y la Sinfonía número 41 (Júpiter), de Mozart.