El travestido arte del siglo XX
Ante un monumental manual sobre arte del siglo XX redactado por reputados autores internacionales, cuyo prestigio se debe en buena parte a su posición de liderazgo crítico en la actualidad, lo que en principio garantiza que nos proporcionarán una versión renovada del tema, no cabe sino una admirada salutación. Pero no sólo por la autoría, sino por los mismos datos materiales de la configuración de este formidable proyecto editorial, animado en su raíz y desarrollo por un competente especialista en arte contemporáneo y, a su vez, un prestigioso editor, el recientemente fallecido Nikos Stangos (1936-2004), cuyo eficaz sentido didáctico planea por la concepción y diseño del libro, sobre cuya utilidad y éxito no cabe la menor duda.
ARTE DESDE 1900. MODERNIDAD, ANTIMODERNIDAD, POSMODERNIDAD
Hal Foster, Rosalind Krauss, Yve-Alain Bois y Benjamin H. D. Buchloh
Traducción de F. Chueca, F. López Martín y A. Brotons
Akal. Madrid, 2006
704 páginas. 110 euros
Dicho lo cual sin la menor re
serva, se nos plantea de entrada una objeción crítica: la de si hoy cabe embutir el complejo y muy todavía aleatorio relato del arte del XX en un manual didáctico, sobre todo, cuando el modelo canónico de la vanguardia lineal se ha desmembrado desde hace un tercio de siglo y aún estamos lejos de haber fraguado un recambio alternativo y, si acaso, pueden acometer esta tarea autores como los que lo han realizado, todos ellos célebres por su trayectoria como ensayistas polémicos, muy poco proclives, por tanto, a la sistematización didascálica. En realidad, todo este proyecto tiene un cierto aire travestido, como el de alguien que se nos presentara con un aspecto cerradamente convencional, pero dejando entrever unas interioridades escandalosas; en suma: como "un dos en uno", pero sin que cada uno de los dos se imponga o concierte, con el correspondiente peligro de acabar siendo ambos ninguno. Así, por ejemplo, asombra que los autores se hayan avenido a emplear una secuencia de revisión cronológica anual desde 1900 hasta 2003, como la que empleó, en 1970, Hans L. Jaffé, así como que, enarbolando metodologías como la psicoanalítica, la histórico-social, la estructuralista o la posestructuralista, muy en boga en las humanidades del último cuarto de siglo, continúen inmersos, no digo ya en un esquema narrativo tan sin atributos, sino que los valores aireados e, incluso, los nombres que los representan sean, por así decirlo, los de siempre, los del convencional vanguardismo lineal.
Sea como sea, aunque el armazón que construye el manual como tal no case en absoluto con la intención "abierta" y "renovadora" que han exhibido y se les exige a sus autores, sería absurdo negar toda validez y, aún menos, utilidad al proyecto, sobre todo, porque sus obvios defectos e inconvenientes no tienen, por el momento, una mejor alternativa crítica viable. Por otra parte, es ciertamente muy difícil que ésta se produzca, cuando nos encontramos en plena crisis de los "grandes relatos" históricos y cuando estamos empezando a reconstruir la historia del arte del siglo XIX, que es ahora por completo diferente que la canónica que se estudiaba en las universidades hasta 1970.
¿Cómo entonces emprender con garantías la del reciente siglo XX, del que todavía cada día descubrimos aspectos y personalidades desconocidos o infravalorados? Desde luego, no creo que podamos salir del impasse mientras sigamos dominados por la ansiedad mediática por la actualidad que es, por naturaleza, información incontrastada e incontrastable y, por consiguiente, una manipulación en estado bruto. ¿Nuestra forma de hacer historia ha de seguir obligatoriamente el modelo de un anuario periodístico? Es probable que fatalmente sea así, aunque no sea ésta una cuestión que aquí se pueda abordar. De todas formas, volviendo sobre Arte desde 1900, luces y sombras incluidas, me parece un manual de imprescindible lectura para la ingente grey actual de aficionados al arte contemporáneo.
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