Paraísos artificiales
Michel, protagonista de Plataforma, sólo piensa en el sexo: es todo pene, de la cabeza a los pies. Su vida transcurre entre su trabajo en el Ministerio de Cultura y las cabinas de los peep-shows. Al alzarse el telón, le entrevemos en una, observando desde lo oscuro a dos jóvenes y al hombre que las penetra. No es sólo un mirón: de vez en cuando alterna con prostitutas, pero nada le satisface. Se aburre mortalmente. Una herencia le permite obsequiarse con un viaje organizado a Tailandia: en el infierno ajeno, busca su paraíso. Allí se desfoga con una chica de 19 años, charla con compañeros de viaje de su misma edad moral, y acaba encontrando un amor inesperado.
Cuando se publicó Plataforma, el best seller de Michel Houellebecq que inspira este espectáculo, algunas empresas de viajes se sintieron aludidas: su protesta le vino bien al autor. Le hicieron publicidad gratuita.
Plataforma
De Michel Houellebecq. Versión: Calixto Bieito y Marc Rosich. Intérpretes: Juan Echanove, Marta Domingo, Lluís Villanueva, Carles Canut, Mingo Ràfols, Boris Ruiz, Belén Fabra. Escenografía: Alfons Flores. Vestuario: Mercè Paloma. Luz: Xavi Clot. Teatro Bellas Artes, Madrid. Del 13 de diciembre al 14 de enero.
La versión escénica de Calixto Bieito y de Marc Rosich no oculta su origen literario. Es un oratorio teatral, con monólogos muy extensos, especialmente del protagonista, encarnado por Juan Echanove, que suda el papel.
El futuro
El actor madrileño es motor de una función que gira sobre sí misma, como la plataforma mecánica sobre la que Alfons Flores, el escenógrafo, ha dispuesto las cabinas porno y el bar del hotel donde se reúnen los turistas europeos. Allí, narran sus hazañas sexuales y filosofan en zapatillas sobre Oriente y Occidente. "El futuro", viene a decir uno de ellos, "está en el intercambio entre quienes tenemos dinero y quienes sólo poseen sus cuerpos vivos y disponibles".
El montaje de Plataforma tiene mucho en común con el de Peer Gynt, espectáculo de Calixto Bieito que vimos en octubre en el Festival de Otoño. En ambos hay escenario de dos pisos, voz amplificada, alternancia de texto hablado con canciones y una dureza expresiva sostenida que llega a saturar, por falta de contrastes.
Las interpretaciones de la compañía estable del Teatre Romea son mejor que buenas: Boris Ruiz, Carles Canut, Lluís X. Villanueva y Mingo Ràfols actúan compenetrados porque llevan años trabajando juntos.
Juan Echanove, premiado por este papel en el Festival de Edimburgo, es un Michel cierto y desagradable, antítesis de Valérie (Marta Domingo), la operadora turística que acaba sacándolo de sí mismo y enamorándolo con su entrega sexual, con su sensibilidad para todo. Domingo aporta dulzura y sex appeal en medio de tanta sordidez. Destaca también la naturalidad de Belén Fabra: está desnuda durante todo el espectáculo, y parece sentirse como Pedro por su casa.
Babelia
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