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Reportaje:

Iberdrola pasa de presa a cazador

Los analistas creen que la compra de Scottish Power le permitirá ser uno de los grandes grupos supervivientes

Miguel Jiménez

Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, viajará a Escocia a comienzos de la semana entrante para entrevistarse con las autoridades escocesas y reunirse con los directivos de Scottish Power una vez que ambas han hecho público su acuerdo de integración. Con la compra de la compañía británica, Iberdrola pasará a competir en un mercado, el británico, en el que ya están presentes la francesa EDF y las alemanas E.ON y RWE. Esas compañías, junto con la italiana Enel y la francesa Suez-Gaz de France, aspiran a disputar la Liga de Campeones europea de la electricidad, en la que Endesa podría desempeñar también un papel si fracasa la oferta de compra de E.ON y se mantiene independiente.

Iberdrola asegura que la importante presencia de Scottish Power en energías renovables ha sido uno de los factores clave de la operación
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Cuando Galán viaje a Glasgow en los próximos días aterrizará en uno de los aeropuertos gestionados por BAA, filial que la española Ferrovial ha comprado este año por unos 14.000 millones de euros. Si quiere telefonear con un móvil local, podrá usar uno de O2, que desde principios de año pertenece a Telefónica tras pagar algo más de 26.000 millones. Si se queda sin dinero, Galán podrá sacarlo en un cajero de alguna oficina de Abbey National, filial por la que el Santander pagó unos 13.000 millones.

Los 17.200 millones de euros que Iberdrola ha puesto sobre la mesa para comprar Scottish Power representan la segunda mayor inversión española en el extranjero y la cuarta consecutiva en un sector estratégico en el Reino Unido, donde también están presentes otras firmas españolas, como Aguas de Barcelona (Bristol Water), FCC (WRG), Abertis (TBI) o el grupo Cosmen (National Express), entre otros.

Iberdrola entra a competir en un mercado en el que ya están presentes algunas de las compañías que aspiran a sobrevivir como grandes grupos paneuropeos de la energía. Scottish Power compite con filiales de la francesa EDF y de las alemanas E.ON y RWE. La escocesa es la quinta de los seis principales competidores, pero las diferencias en el Reino Unido entre los mayores actores son las menores de toda Europa.

De presa a cazadora

Pero Iberdrola no sólo se medirá sobre suelo británico con los gigantes del sector, sino que ha puesto su ficha en el tablero europeo. "Iberdrola entra en la Champions League". Así de rotundo era el titular del informe que Merrill Lynch envió a sus clientes tras el anuncio de la compra de Scottish Power.

Sobre el paso dado por Iberdrola de situarse como cazadora en lugar de presa, los analistas del BBVA hacían la siguiente reflexión: "Los gestores de Iberdrola han demostrado en el pasado su capacidad para mejorar la rentabilidad de sus activos hasta convertir la compañía en uno de los líderes en eficiencia en Europa. Por ello deberían ser capaces de generar valor comprando y haciendo rentables activos menos eficientes. En definitiva, si hay que seleccionar a los compradores, Iberdrola debe estar sin duda entre ellos".

La mayoría de los analistas coinciden en que la operación tiene sentido estratégico para la eléctrica española. "Scottish Power es una de las escasas posibilidades de aumentar tamaño en mercados de bajo riesgo", como dicen los analistas de UBS. Caja Madrid asegura que "Iberdrola consigue todos los objetivos que pueden justificar una fusión en el sector eléctrico".

Con la compra de Scottish Power, la eléctrica puede adelantar el cumplimiento de los objetivos de su plan estratégico. Aunque esta operación casi el doble de grande, la operación actual supone un desembolso de efectivo similar al que hubiera resultado de la compra de activos de Endesa a Gas Natural en caso de haber triunfado la oferta pública de adquisición de esta última. Iberdrola dice que no renuncia a aquella operación, pero nadie da un duro ya por ella.

La ventaja de esta compra frente a la de activos de Endesa no es sólo que sea mucho más sencilla desde el punto de vista regulatorio, sino, sobre todo, que supone una diversificación geográfica y de negocio muchísimo mayor.

La importante presencia de Scottish Power en energías renovables ha resultado un punto clave para Iberdrola, según la propia empresa, que considera que la integración reforzará su posición a la cabeza de este mercado en todo el mundo, con un énfasis especial en Estados Unidos. Las dos empresas suman una capacidad renovable instalada de 6.040 MW, de los que 4.076 MW corresponden a la española.

"Para Iberdrola, ha resultado fundamental el conocimiento del negocio eólico por parte de la empresa escocesa, especialmente en la selección de emplazamientos, aprovisionamiento, construcción y marketing. Además, el nuevo grupo se beneficiará de economías de escala en abastecimiento de turbinas y capacidades especiales", señalan en la empresa.

Pese a la compra de Scottish Power, Iberdrola será aún pequeña entre las grandes por valor en Bolsa y cifra de negocio. Está lejos sobre todo de EDF y E.ON. La segunda intentó en su día comprar Scottish Power y fracasó en el intento, y ahora centra sus esfuerzos en hacerse con Endesa, que podría aspirar también a la Primera División europea en caso de seguir independiente. En cuanto a EDF, ha preferido no descartar una posible contraoferta por Scottish Power. Los analistas no la ven probable, pero consideran que tendría sentido. Desde luego, complicaría la vida a Iberdrola.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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