La mayor operación de solidaridad histórica
SI HUBIERA QUE DAR UN ARGUMENTO que una a las distintas políticas económicas que se han aplicado en España en el último medio siglo, ése sería Europa. En 1959, dos años después de la firma del Tratado de Roma que formalizaba la constitución de la Comunidad Económica Europea, se aprobaba el Plan de Estabilización para sacar a nuestro país de la ruina económica motivada por la autarquía, y con el objetivo de buscar nuestra salvación en el continente europeo. Se empezaba a hacer verdad lo que en 1910 había escrito Ortega: España como problema, Europa como solución.
Así pues, el próximo mes de marzo se cumplirán los primeros cincuenta años de la Unión Europea (UE), buen pretexto para ampliar el foco sobre su futuro y sacarla del atasco en que se halla. Y hace escasos meses, el pasado 1 de enero, celebramos los 20 años de la tercera ampliación de la UE a 12 miembros, entre los cuales se encontraba, por fin, España, en igualdad de condiciones que los fundadores de este club. En un planeta de más de 6.000 millones de personas, donde sólo 2.000 millones se despiertan todos los días en países plenamente democráticos y sólo 1.200 millones disponen de la suficiente prosperidad que les permite alimentarse, vestirse, cobijarse y tener la educación y la sanidad adecuadas, 450 millones de europeos -el 7% de los privilegiados del mundo- disponen del modelo social más avanzado, en forma de Estado del bienestar.
España es el país del mundo que más se ha beneficiado de un río de solidaridad proveniente de otros países. En 20 años ha recibido de la UE 118.000 millones de euros, cifra tres veces superior al Plan Marshall
Europa ha sido un gran negocio para los españoles, pues nos ha facilitado las libertades democráticas, ese Estado del bienestar y unas transferencias económicas que han acercado su renta per cápita a la media de la UE. Estas transferencias son lo que el director de la Representación en España de la Comisión Europea, José Luis González Vallvé, y el periodista Miguel Ángel Benedicto han denominado "la mayor operación de solidaridad de la historia", en un libro del mismo título recientemente editado (Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas, 2006). En sus páginas se recuerda que "España se ha convertido en el país del mundo que históricamente más se ha beneficiado por una corriente de solidaridad proveniente de otros países. Este récord español representa una cifra tres veces superior a lo que supuso el Plan Marshall para todos los Estados beneficiados tras la II Guerra Mundial".
Las cifras son apabullantes: entre 1986 y 2006, nuestro país ha recibido 118.000 millones de euros (20 billones de pesetas), lo que nos ha permitido crecer un punto por año hasta situarnos en el 98% de la renta media europea en una UE de 25 miembros. Ejemplos: con las ayudas comunitarias (de los ciudadanos comunitarios, a través de sus impuestos) se han financiado cuatro de cada 10 kilómetros de las autopistas y autovías, y se ha favorecido la protección del medio ambiente mediante la gestión de residuos, el reciclaje o la defensa frente a los riesgos naturales. Los fondos que se han recibido han incrementado en un 2% el empleo, lo que significa 300.000 puestos de trabajo cada año desde 1986.
España ha pasado, en este periodo, de pertenecer al grupo de países más atrasados a situarse entre los más avanzados. El presidente de Gobierno, Rodríguez Zapatero, daba hace unos días fechas concretas en las que nuestro país superará en renta per cápita a algunos de los países más fuertes de la UE. Si no hay imprevistos, que en economía es mucho decir.
Europa es la utopía factible más reconocible para varias generaciones de ciudadanos españoles. Por ello, la aportación de nuestros dirigentes al debate de la crisis institucional y de crecimiento que padece la UE ha de estar en el primer nivel. Parafraseando al presidente John Fitzgerald Kennedy, los autores del libro lo finalizan con el siguiente testimonio: no te preguntes tanto lo que Europa puede hacer por ti, pregúntate más bien lo que tú puedes hacer por Europa.
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