Rifarse al especialista
La historia personal del colombiano Moisés Mieles Cerchar, de 45 años, que trabaja como cirujano pediátrico del hospital Carlos Haya de Málaga desde 2005, ilustra las necesidades generales del sistema sanitario español. "Llegué en 2003 y me reconocieron como médico generalista, pero determinaron que tenía que hacer un examen para homologar mi especialidad", recuerda. Al año y medio le examinaron de teoría y práctica. Moisés superó ambas pruebas. Y entonces le echaron encima las ofertas. Seis comunidades autónomas (Canarias, Asturias, Valencia, Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía) se disputaron su contrato. "Ya vivía en Marbella, mi familia se había adaptado bastante bien y elegí la andaluza", revive.
La consejera de Salud ha solicitado la supresión de 'númerus clausus' en las facultades
Un año después, los gestores asturianos siguen insistiendo de forma reiterada en ficharle, lo que da idea de la carencia de cirujanos pediátricos en España. "Ahora no hay muchos, pero habrá una carencia muy grande en cinco años", vaticina este médico formado en Colombia, Argentina y Estados Unidos.
En Andalucía (7,9 millones de habitantes) hay pocos facultativos extranjeros contratados en el sistema sanitario (23 de una plantilla de 9.040). Inicialmente, el Servicio Andaluz de Salud les facilita un traductor si el facultativo no domina el español. Algunos están integrados en el sistema desde hace lustros. La tercera parte no tuvo que superar el obstáculo del idioma al provenir de América Latina.
La Consejería andaluza de Salud, consciente de que la carencia de facultativos puede agravarse a la vuelta de unos años, ultima un estudio sobre personal. Su titular, María Jesús Montero, ha solicitado en reiteradas ocasiones la supresión de cupos de entrada en las facultades para facilitar la formación de médicos.
Los responsables sanitarios consideran que el déficit en ciertos campos (anestesistas o traumatólogos, entre otros) podrá corregirse con la ampliación de plazas en el periodo de formación del MIR y con el aumento de plazas en las facultades. El estudio incide sobre otro punto negro de la cobertura médica: la dificultad para cubrir puestos en núcleos rurales alejados o en áreas de exclusión social que resultan poco atractivas. Sin embargo, desaconseja como alternativa "la captación de profesionales en otros países", atendiendo así a la advertencia de la Organización Mundial de la Salud sobre la descapitalización que sufren los países en vías de desarrollo con el éxodo de sus profesionales a países desarrollados.
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