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Tras fastidiar años en la platea, el teléfono móvil sube a escena

Lluís Pasqual estrena en catalán la obra de teatro de Sergi Belbel que juega con los celulares

Jacinto Antón

Después de años de sonar irrespetuosa e inopinadamente en las plateas, el móvil ha adquirido categoría de mecanismo dramático y sube por fin a escena. Esta vez las insidiosas llamaditas procederán del escenario, en lo que puede verse como una sutil venganza de tantos actores incomodados durante las representaciones. El omnipresente teléfono celular juega un papel decisivo y vertebrador en Mòbil, la obra del dramaturgo catalán Sergi Belbel que se estrena en España el 12 de diciembre, en Reus, con dirección de Lluís Pasqual, para recalar después en el Teatre Lliure de Barcelona. La pieza se estrenará en mayo en castellano en el Centro Dramático Nacional de Madrid, dirigida por Miguel Narros y con María Barranco en el reparto.

Mòbil, que tiene de entrada la virtud de juntar por primera vez a Pasqual y Belbel, consta de 29 breves escenas que en su mayoría son monólogos de los actores hablando con sus teléfonos. La trama presenta a cuatro personas que coinciden en un hotel tras un atentado terrorista en un aeropuerto. Las vidas de las cuatro (dos mujeres maduras y los hijos treintañeros de ambas, un chico y una chica) empiezan a cruzarse a través de los móviles.

Los móviles funcionan en el escenario, dice Pasqual, "de la misma manera que los vemos usar en la calle, pero tienen muchas posibilidades desde el punto de vista teatral, porque, además del empleo de manos libres, etcétera, en el escenario puedes mostrar lo que hace la persona que está al otro lado de la línea, lo que siempre es sorprendente".

Mòbil la interpretan Rosa Novell, Maife Gil (que sustituye a Anna Lizaran, que adujo cansancio para abandonar el proyecto), Marta Marco y Carles Francino. El ubicuo Belbel, que está últimamente en todas las salsas -dirige el Teatre Nacional de Catalunya, donde acaba de estrenar un espectáculo, En pólvora, de Guimerà, y ha estrenado también ahora mismo en el Romea, de la empresa privada Focus, la última obra de Jordi Galcerán, Carnaval-, explica que escribió Mòbil a partir de que le pidiera una obra el director del grupo Plan B de Copenhague, que ya ha montado otras creaciones suyas. La pieza se estrenó, pues, en danés a principios de año. Pasqual se enamoró del texto por lo que tiene de contemporaneidad, "porque hay pocas obras que sean un espejo de lo que ocurre".

Mòbil, dice Belbel, surgió "ligando inquietudes" a partir del 11-S, "la salvaje entrada en el siglo XXI". Belbel precisa que no es que la obra hable de eso directamente, "pero está influida por el miedo que se ha instalado en la sociedad". La pieza es no obstante una comedia que a nivel teatral conecta con Després de la pluja, del mismo Belbel, en su manera de tomar grandes temas y "destrascendentalizarlos" (la palabra es suya, y le costó decirla ayer). Comedia "chalada", destinada a provocar risas en el público y que ya ha puesto en el rostro y las palabras de su director e intérpretes una nota de diversión, Mòbil tiene el reto de mostrar ese mundo de los móviles sin que suene -y valga la palabra- artificioso.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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