El solitario de la catedral
Para todos los escritores leoneses, Gamoneda es más que una referencia. Forma parte del paisaje urbano y sentimental de nuestra provincia, como esos símbolos a los que él tanto apela.
Embarrancado junto a la catedral, a cuya sombra se acoge, junto con su familia, entre los paredones de un vetusto edificio solariego, el de la Fundación de Sierra-Pambley, que él preside, Antonio Gamoneda escribe hasta muy tarde o pasea, con ese aire abstraído de los genios, por las callejas y por la plaza que rodean al más noble edificio leonés. Casi siempre en solitario, aunque de un tiempo para acá le suele acompañar algún poeta o algún joven estudioso de su obra que ha acudido hasta su casa a visitarle. Y es que Antonio Gamoneda ha pasado de ser un desconocido, un fantasma perdido en la provincia y en el frío, a ser cada vez más solicitado por todo tipo de instituciones y de personas. Es el precio de un prestigio tardío y merecidísimo.
Cuando yo lo conocí, era un poeta fantasmal y solitario. Tan genial como lo es ahora, pero desconocido para casi todo el mundo. Personalmente, le debo no sólo la publicación de mi primer libro, que él descubrió y premió entre otros muchos (aparte de escribir, dirigía una editorial de poesía), sino un magisterio poético que influye toda mi obra y que perdura hasta el día de hoy. Sin Gamoneda y su poesía, yo no escribiría como escribo. Es más, quizás ni habría publicado nunca.
Cuenta una vieja leyenda que, allá por los sesenta, cuando nadie le hacía caso como ahora, Gamoneda se hizo imprimir una tarjeta de visita en la que irónicamente puso como profesión "ex poeta de provincias". Pues bien, 40 años después su profecía se ha cumplido. El solitario de la catedral, el niño que veía desde su casa pasar cuerdas de presos camino del paredón durante la guerra, el hombre que más sabe del frío y de la mentira y de la soledad que comportan ambos, ha dejado de ser un poeta de provincias para muchos para convertirse en lo que para algunos ha sido siempre: uno de los poetas más importantes y trascendentes del siglo XX en este país.
Julio Llamazares es escritor.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.