El Supremo de EE UU decidirá si se deben regular las emisiones de CO2
El tribunal podría forzar a Bush a variar su política medioambiental
El Tribunal Supremo de EE UU escuchó ayer los argumentos presentados por una docena de Estados del país y varias ciudades ante la pasividad de la Agencia para la Protección del Medioambiente (EPA, en sus siglas en inglés) a la hora de regular las emisiones de coches y camiones que contribuyen al calentamiento del planeta. La decisión que adopte la máxima instancia judicial podría obligar a la Casa Blanca a cambiar de política.
El caso se conoce como Massachusetts vs. EPA y en el centro del litigio se encuentra la Clean Air Act, un paquete legislativo que contempla medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Hasta ahora, la Administración de George W. Bush había argumentado que la EPA no estaba autorizada a actuar en este ámbito. Pero varios Estados del país, como los de Massachusetts, Nueva York y California, y varias ciudades que ya están adoptando sus propios estándares para limitar las emisiones, opinan lo contrario.
Los demandantes, que cuentan con el apoyo de grupos medioambientales como Sierra Club, Greenpeace y el Natural Resources Defense Council, insisten en que la legislación en vigor desde 1970 deja claro que el dióxido de carbono es un gas contaminante que debe ser sujeto a una reglamentación estricta, porque plantea un riesgo para la salud pública. Por eso intentan convencer a los jueces de que la EPA debe regular la cantidad de gases que emiten los vehículos a la atmósfera y forzar a la industria a utilizar tecnologías más limpias.
El Supremo decidió tratar el expediente el pasado mes de junio, metiéndose de lleno en un intenso debate político en EE UU sobre las causas y efectos del calentamiento del planeta. Aún deberán pasar unos meses antes de que la Corte se pronuncie. Se espera que sea una de las decisiones más importantes sobre la protección del medioambiente. Una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero se producen en EE UU, y que crecen un 1% al año.
Los expertos opinan que la aclaración legal del papel de la EPA es necesaria. Hasta ahora la Casa Blanca había defendido que fuera la industria la que adoptara voluntariamente medidas y tecnología para reducir las emisiones. El Partido Demócrata, por el contrario, quiere aprovechar la mayoría que tiene en el Congreso para la adopción de límites obligatorios en las emisiones de dióxido de carbono y otros gases contaminantes. La última palabra la tienen, en todo caso, los jueces del Supremo, que se encuentran sumidos también en una gran división.
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