Aclaración

He leído con mucho interés su columna de opinión Hacia el choque, y me gustaría destacar el mensaje sobre la obligación indiscutible e imprescindible de Turquía a acatar los compromisos convenidos con la UE y con todos sus Estados miembros, con el fin de poder continuar con sus negociaciones de adhesión a la familia europea. No obstante, con todo mi respeto, no puedo dejar sin expresar mi desacuerdo a su comentario que el ingreso de la República de Chipre (y no "la parte griega de Chipre") a la UE "fue un error". Señor director, desde la firma de su Acuerdo de Asociación con la UE el 1972, pasando por la presentación de su candidatura el 1990 y el comienzo de sus negociaciones de adhesión el 1998, hasta el día de la última ampliación de la UE el 1 de mayo de 2004, Chipre ha cumplido con éxito notable todos los requisitos políticos, democráticos y económicos e ingresó en la UE con méritos propios.

Además, según las conclusiones del Consejo Europeo de Helsinki el 1999, la cuestión chipriota dejaba de condicionar y de victimizar el ingreso de Chipre a la UE. Desde su entrada en la gran familia europea, Chipre ha demostrado más de una vez su clara vocación europeísta, y su contribución a la integración europea, a la promoción de los principios y valores fundamentales de la UE y a la acción exterior de la Unión, como fue el caso de la crisis que desató la guerra de Líbano este pasado verano. Desgraciadamente, la cuestión chipriota sigue sin resolverse. No obstante, me gustaría afirmar y certificar el compromiso auténtico, vital y permanente de mi Gobierno, para conseguir la reunificación de la isla y de su pueblo. Nuestra posición y petición al respecto es precisa, concisa y coherente: respeto a la legalidad internacional y a las resoluciones internacionales, y una solución consensuada, justa, y duradera para el conjunto del pueblo chipriota: griegos, turcos, armenios, maronitas y latinos.