El Ejército de EE UU reconoce haber matado a cinco niñas en Irak
El temor a una guerra civil lleva al Parlamento iraquí a prorrogar el estado de emergencia
El Ejército estadounidense reconoció ayer haber matado a cinco niñas durante una operación contra la insurgencia en Ramadi, al oeste de la capital iraquí. Un portavoz militar indicó que las cinco menores y un hombre resultaron muertos por los disparos ayer de madrugada de un carro de combate, que lanzó varios obuses contra la casa en que se encontraban las víctimas, de edades comprendidas entre seis meses y 10 años. Los soldados, según el militar, recurrieron al fuego del tanque después de que mantuvieran un tiroteo con dos insurgentes.
Siempre según la versión del Ejército estadounidense, dos hombres armados se apostaron en el tejado de un edificio y abrieron fuego contra la patrulla norteamericana que había acudido a la zona, considerada hostil, para neutralizar una bomba artesanal. Una vez cumplida la misión, en ese mismo barrio de Hamaniya, al norte de la ciudad de Ramadi, los soldados se toparon con los disparos de los dos insurgentes y después de usar sus armas automáticas, "como el enfrentamiento continuaba, un carro de combate de la coalición disparó varios obuses", señala el texto del comunicado emitido por el Ejército estadounidense.
"Los soldados de la coalición", continúa, "registraron detenidamente el edificio y descubrieron los cuerpos de un hombre y de las cinco menores". Y añade: "Había también una mujer herida en el lugar, que rechazó que la curaran".
Mientras, el Parlamento iraquí aprobó por unanimidad la prórroga del estado de emergencia durante otros 30 días debido a que la violencia religiosa sigue haciendo estragos en la seguridad del país. Ayer mismo, presuntos insurgentes suníes detonaron varias bombas que se cobraron la vida de al menos ocho personas e hirieron a más 40 en diferentes partes del país.
La violencia entre las facciones religiosas suní y chií ha empeorado en los últimos días. Prueba de ello fue el estallido de dos automóviles cargados de explosivos cerca del tanatorio de un hospital en Bagdad, que ocasionaron la muerte de tres civiles y un policía. Al menos 19 civiles resultaron heridos.
Por otra parte, el gobernador de Kirkuk (en el norte de Irak), Abdul Rahmán Mustafá, sobrevivió a un atentado suicida, cometido al paso del convoy oficial en el que viajaba y que causó la muerte de un civil y heridas a otras 17 personas. Además, en la provincia de Diyala, al norte de la capital, donde se registran fuertes combates entre policías e insurgentes suníes desde hace varios días, estalló una bomba colocada en el lateral de un camino, mató a tres civiles e hirió a uno.
Los diputados optaron por continuar con el estado de emergencia, porque permite toques de queda nocturnos y brinda al Gobierno poder adicional para arrestar a personas sin orden judicial y lanzar operativos policiales y militares.
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