El partido de Merkel, dividido entre sus sectores social y liberal
La Unión Demócrata Cristiana (CDU), partido que preside la canciller Angela Merkel, se dividió ayer en su XX congreso en Dresde entre su vertiente más social, que trata de proteger a los desfavorecidos, y la liberal, que aboga por crear empleo a base de mejorar las condiciones para las empresas. En su primer congreso como canciller, Merkel fue reelegida presidenta del partido con un 93,06% de los votos.
La propuesta del primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Jürgen Rüttgers, de alargar el tiempo de percepción del subsidio de desempleo para quienes han cotizado un mayor número de años, enfrentó ayer a las dos principales alas del partido. Merkel respaldó la propuesta -con la condición de que no cueste más dinero al erario público- argumentando que los parados de más edad tardan más tiempo en encontrar un empleo que los jóvenes.
"Querido Jürgen Rüttgers, dime cómo lo vamos a pagar y luego hablamos", contestó el alcalde de Hamburgo, Ole von Beust. "Social es lo que crea empleo", añadió el primer ministro de Baden Wurtemberg, Günter Oettinger, contrario a la propuesta, para subrayar la necesidad de crear condiciones favorables para las empresas.
El debate acabó por pasarle factura a Rüttgers, que en la reelección como uno de los cuatro vicepresidentes del partido sólo obtuvo el 57% de los votos frente a sus rivales Roland Koch (68%) y Christian Wulff (66%).
Giro a la izquierda
El giro a la izquierda de la CDU, en su intento por disputarle el centro a su socio de coalición, el socialdemócrata SPD, se hacía ayer palpable en el discurso de Merkel, que también pidió una mayor participación de los empleados en los beneficios de las empresas.
"Comprendo que las empresas necesitan los beneficios, pero el ser humano es lo más importante y ésa es la medida del concepto cristiano del hombre", dijo la presidenta. Unas frases más adelante, la canciller defendía la flexibilización del despido como contrapartida.
"Lo económico y lo social nunca estuvieron reñidos en nuestro partido", dijo la presidenta, para añadir: "Somos el partido de los empleados y de los empresarios. La confrontación de clases nos es extraña". Merkel rechazó la confrontación dentro del partido, recordando con una metáfora que las alas sólo dan impulso si no operan una contra la otra. En su balance de un año al frente del Gobierno, Merkel fue modesta: "No todo ha ido sobre ruedas".
La CDU lucha, igual que el socialdemócrata SPD, por volver a los tiempos en que su autodefinición de "partidos populares" hacía honor al apoyo que les brindaba más del 40% de la población. Hoy, tanto el SPD como la CDU tienen dificultades para pasar del 30%. La CDU, que cuenta hoy con 559.000 miembros, ha perdido desde 1990 el 25% de sus afiliados; 27.000 sólo en este año.
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