Los sondeos dan el triunfo a Correa en Ecuador
El candidato izquierdista obtiene un 57% de los votos, frente al 43% del conservador Noboa
El candidato izquierdista Rafael Correa lograba anoche una gran ventaja sobre su rival, el conservador Álvaro Noboa, en la segunda vuelta de las presidenciales de Ecuador, según tres sondeos a pie de urna. Los resultados, dados a conocer por distintas cadenas de televisión minutos después del cierre de los colegios electorales, daban como vencedor a Correa, con una media del 57% de los votos frente al 43% de su rival. Nada más difundirse las encuestas, Correa se proclamó vencedor, mientras Noboa rechazó esos resultados y declaró que había que esperar al escrutinio oficial. Nueve millones de ecuatorianos fueron llamados a las urnas y, salvo por algunos incidentes menores, la jornada transcurrió tranquila.
En su primera conferencia de prensa tras la votación, el candidato izquierdista aseguró que había ganado "el afán de cambio" en una "jornada histórica". Su rival conservador, entretanto, calificaba los resultados de las encuestas de "patraña" y llamaba a esperar los resultados oficiales. "Voy a contar voto a voto por el bien de él (Correa), por el bien mío y del país", dijo Noboa.
"En esta segunda vuelta todos los fiscales de mesa titulares han acudido a cumplir con su obligación, algo que no pasó en la primera", certificó ayer el capitán de la policía Pablo Ramírez, encargado de la seguridad en un colegio de Quito. "Sabemos que ha sido así en toda la capital, por lo que confiamos en que este cambio contribuya a la transparencia de los comicios", añadió.
En la primera ronda, el pasado 15 de octubre, Noboa se impuso a Correa por cuatro puntos. La participación entonces fue del 75%, y lo mismo se perfilaba ayer, en un país en el que el sufragio es obligatorio. En el extranjero votaron unos 100.000 emigrantes, la mayoría en EE UU y España. "Si estoy aquí es porque aún tengo esperanzas de que este país salga adelante", dijo Boris Cornejo tras votar en Quito. "Ninguno de los dos candidatos me gusta, pero no por ello voy a rendirme ante ellos, que es lo que quieren", añadió.
La más que sospechada parcialidad de las cadenas de televisión fue algo muy presente en la mente de los votantes. El temor a la desinformación o las mentiras marcó la jornada. Ni las garantías del tribunal electoral ni la presencia de los observadores internacionales aliviaron a los votantes.
Correa repitió una y otra vez que en la primera vuelta hubo fraude y que le habían "robado" votos. El izquierdista acusó al ex ministro de Exteriores argentino Rafael Bielsa, jefe de la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), de permitir esa supuesta ilegalidad. Su insistencia dio frutos: Bielsa fue llamado ayer a la sede de la OEA en Washington, y el testigo sobre el terreno lo tomó el diplomático venezolano Moisés Benamor, el segundo de los jefes de los observadores.
Los discursos de ambos rivales se caracterizaron más por insultos y promesas demagógicas que por propuestas para gobernar un país que prácticamente ha tenido un presidente cada año en el último decenio. Los candidatos regalaron dinero, sillas de ruedas, camisetas y ofrecieron créditos y rebajas fiscales a los votantes, al margen de asegurarles que reforzarían el sistema de salud y construirán entre decenas y cientos de miles de viviendas al año.
El populismo, tanto de derecha como de izquierda, ha primado. "Tenemos que aplastar a todos aquellos sapos millonarios que andan financiando a Correa, a quien lo tienen cogido ya saben de dónde... para asaltar el pueblo", llegó a decir el magnate bananero Noboa de su rival de Alianza País. "Se trata de hacer frente a aquellos que quieren convertir al país en una hacienda, en una empresa más del heredero más rico del país", gritó en su momento Correa contra el candidato del Partido Renovador Institucional Acción Nacional (Prian).
Los rivales siempre mantuvieron posiciones radicalmente opuestas, aunque hicieron un esfuerzo en los últimos días para moderarlas. Correa, de 43 años, coqueteó con el nacionalismo cercano a las ideas del presidente venezolano Hugo Chávez. Está convencido de que hay que convocar una Asamblea Constituyente para hacer una nueva Carta Magna que acabe con una corrupción política que no para de denunciar. También es contrario a la firma de un acuerdo de libre comercio con EE UU, y quiere renegociar la deuda externa y los contratos petroleros.
Noboa, de 56 años, es partidario de mantener una "excelente" relación con EE UU y, por tanto, favorable al libre comercio con Washington. Además, propone más facilidades para que las empresas privadas, nacionales y extranjeras, entren en el sector petrolero, la principal fuente de ingresos.
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