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Reportaje:

Un puñado de valientes

Políticos, ecologistas y ciudadanos anónimos relatan cómo le pusieron freno a la especulación urbanística

Podrían haber mirado para otro lado y quizá incluso percibir alguna propina por ello, pero no lo hicieron. Son políticos, ecologistas y ciudadanos de a pie que han preferido denunciar y ser la voz contra el urbanismo salvaje y la especulación, frente a la comodidad de la connivencia o la resignación. EL PAÍS ha recogido los testimonios de algunos de los héroes más o menos, anónimos, que pelean cada día en la selva del urbanismo por la conservación del único patrimonio compartido: el entorno.

MANUEL FUENTES, ALCALDE DE SESEÑA. La pesadilla de El Pocero

Manuel Fuentes sabe que lo suyo es un caso atípico: no todos los días un alcalde en activo denuncia un caso de corrupción en su propio ayuntamiento. Pero es que Seseña y la macrourbanización que allí levanta Francisco Hernando, Paco el Pocero, es única.

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Fuentes nació en Ciempozuelos (Madrid) hace 50 años. Trabajaba como soldador-montador para Renfe. Fue delegado de Comisiones Obreras y en 1999 entró en política, con Izquierda Unida en Seseña. En 2003 ganó la alcaldía. Y comenzó su calvario. PSOE y PP, que suman mayoría, le dejaron ser alcalde, pero como tenían mayoría absoluta sacaron adelante todos los trámites de la urbanización de Hernando. Fuentes explica que no aceptó los sobornos de Hernando, y que junto a IU acumuló pruebas de lo que a su juicio ha permitido al Pocero levantar su ciudad: la corrupción de PSOE y PP. "Cuando tuvimos la documentación, lo denunciamos públicamente y llevamos el caso a la fiscalía", explica. Después frenó la concesión de licencias de obra "hasta que estén garantizados los servicios de agua y accesos" para una urbanización de más de 30.000 personas en un pueblo de 10.000 habitantes y con problemas de abastecimiento.

"¿Tranquilo? No puedo estar tranquilo cuando me ha puesto querellas y me ha llevado al juzgado. Se han manifestado los obreros en la puerta del ayuntamiento y me amenazan para coartar mi libertad", explica. Y sin embargo, concluye: "Volvería a hacerlo. Estamos cumpliendo la ley y hay un acuerdo en el grupo municipal".

ARCA. Especialización forzosa

No son expertos en urbanismo. Lo suyo ha sido una especialización forzosa. "Como casi todos los grupos ecologistas, empezamos siendo una organización de protección de especies animales, pero nos dimos cuenta de que la ordenación del territorio es la clave de todo. Los gobiernos deberían tener un ministro de medio ambiente y un montón de secretarios", afirma José Ángel Herrera, vicepresidente de Arca (Asociación para la Defensa de los Recursos Naturales de Cantabria), mecánico de formación, funcionario de profesión, y pesadilla de algunos alcaldes cántabros.

Fundada en 1984, Arca tiene hoy cerca de 800 socios y un amplio abanico de manos amigas que les asesoran cuando lo necesitan, les pasan documentos, y desde la clandestinidad, les ayudan a hacer lo que hacen: reventar planeamientos urbanísticos incompatibles con la conservación del entorno de Cantabria. "Hemos tirado abajo los del ayuntamiento de Arnuero, de Argoños, de Camargo, Camaleón, Cillorigo de Liébana, Colindres y San Vicente de la Barquera. Pero de lo que más orgullosos estamos es del Plan de Ordenación del Litoral (POL). Peleamos porque se hiciera desde 1997. Ahora los ayuntamientos ya no pueden seguir recalificando terrenos en el litoral", asegura Gonzalo Canales, presidente de Arca, comerciante, de 46 años.

Se han ganado muchos enemigos en estos 22 años. "Son gajes del oficio y ya nos hemos acostumbrado. Te dejan todo tipo de insultos y amenazas en el contestador, nos ponen querellas absurdas por injurias o amenazas que luego se quedan en nada; algunos constructores nos han llegado a decir que teníamos que estar en la cárcel. Arruinamos sus negocios y nos ven como el enemigo a batir", afirma Canales. "Incomodamos mucho a los políticos. Les pone muy nerviosos que haya una organización que no participa ni aspira a ningún reparto de poder e interfiera en sus enormes presupuestos y macro proyectos", añade Herrera.

Por todo esto, aseguran que su principal logro es "subsistir". En estos 20 años lo han hecho prácticamente sin subvenciones. "Tuvimos una del Ministerio de Medio Ambiente hará unos años, en tiempo de Jaume Matas, pero denunciamos que la depuradora de Vuelta Ostrera era ilegal - hoy tiene sentencia de derribo por invadir 87.450 metros cuadrados del estuario del río Besaya- y nos cerraron el grifo", recuerda Herrera.

TERESA RODRÍGUEZ, CONCEJAL EN ALHAMA. Heroína por accidente

Teresa Rodríguez, concejal del Grupo Mixto del Ayuntamiento de Alhama de Murcia, saltó a la fama el año pasado por romper la disciplina de voto de su partido, el PP. La concejal de este municipio de 20.000 habitantes, gobernado por el alcalde Juan Romero (PP), se opuso en el pleno del Ayuntamiento a un plan parcial que implicaba la construcción de 15.000 viviendas por parte de la promotora Polaris World, así como el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que permitía que varias empresas edificaran un total de 60.000 viviendas. Por esta rebeldía fue expulsada del partido a principios de 2006. Desde entonces es concejal del Grupo Mixto Municipal y el PP perdió la mayoría absoluta. Esto obliga al alcalde de Alhama a pactar cada una de las decisiones de Gobierno. A mediados de este año, el grupo municipal del PSOE y el primer edil de Alhama llegaron a un acuerdo para que Polaris World pueda construir 2.300 casas en vez de las 15.000 previstas.

Pero la postura de la concejal rebelde no cayó en saco roto e inició una cascada de denuncias sobre escándalos urbanísticos de la Región de Murcia. Pero también sacó a la luz que el Ayuntamiento de la capital utilizó en plena sequía más de 200 pozos ilegales que han sobreexplotado los acuíferos superiores lo que ha puesto en peligro centenares de edificios antiguos.

Por todo esto, Teresa Rodríguez -quien asegura: "volvería a tomar la misma decisión, aunque lo pasé muy mal y me compliqué mucho la vida"- se convirtió en heroína por accidente de los principales colectivos ecologistas de Murcia, que desde hace años se han mostrado contrarios al desarrollo urbanístico propugnado por el Gobierno regional de Ramón Luis Valcárcel (PP). Sin embargo, lamenta que se aprobara parte del plan constructivo y está segura de que "gane el PP o el PSOE todo saldrá adelante".

JAIME DEL VAL, SALVEMOS MOJÁCAR. Un hombre contra un hotel

El madrileño Jaime del Val, compositor, escritor y creador digital de 31 años, es el artífice de la paralización de las obras de un hotel de más de 400 habitaciones que se construía a menos de 50 metros de la orilla en El Algarrobico (Carboneras, Almería) y que se ha convertido en el paradigma de la devastación de la costa Mediterránea a cuenta del ladrillo. Fue Del Val, arropado por el colectivo que preside, Salvemos Mojácar, quien entregó en el juzgado un recurso contencioso-administrativo pidiendo la paralización cautelar de las obras.

"Cuando el juez ordenó la paralización tuvimos una satisfacción bastante profunda porque hace un año nadie se creía que eso se podía parar. Es significativo para la población y también para los promotores, para que vean que se les puede parar. Pero somos conscientes de que es una lucha a largo plazo, por eso estamos intentando articular una política mucho más amplia", resume.

Del Val, que visita desde hace 21 años la provincia almeriense, ha establecido redes con otros grupos ecologistas de la provincia almeriense y del territorio nacional y en la actualidad, está implicado en ocho asociaciones diferentes con un denominador común: la lucha contra la especulación urbanística. A nivel estatal es portavoz de la Coordinadora Ciudadana en Defensa del Territorio, que aglutina a más de 600 colectivos; y es presidente de Salvemos Las Rozas, en Madrid.

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