Maestros de la República
He conocido por medios de comunicación la presentación de un libro sobre los maestros de la República.
Con ello me ha venido a la memoria algunas de las cosas que mi abuelo, fallecido en el año 2002 con 90 años, siempre me había contado. Habitante de la Galicia profunda de principios de siglo, en una aldea gobernada por el duro trabajo del campo y la ganadería y su consecuencia, el analfabetismo.
Con esta realidad se encontraron cuando llegaron los maestros de la República, de los que mi abuelo siempre habló maravillas. Gracias a ellos el pequeño José Ramón aprendió a leer, a escribir y las reglas matemáticas básicas, pero sobre todo aprendió el amor por el conocimiento. Pudo de esta forma transmitirme ese interés, que le llevó muchos años después a leer a autores como Tolstói, cuando tuvo la oportunidad.
Quiero darles las gracias como beneficiado, aunque sea indirectamente, de valores transmitidos como la justicia social, la humildad, la austeridad y la solidaridad, que mi abuelo me inculcó.
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