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Roig negocia la venta de la firma Pamesa a una sociedad de capital riesgo del BBV

La propuesta de acuerdo no vinculante incluye un acuerdo de confidencialidad

María Fabra

El presidente de Pamesa Cerámica, Fernando Roig, tuvo que comparecer ayer públicamente para desmentir la venta del accionariado de su empresa matriz al BBVA. Sin embargo, el también propietario de otras cuatro empresas de menor entidad, no pudo negar que existe un proceso de negociación para la entrada de la entidad bancaria en el accionariado que ahora domina y que calificó de "propuesta de acuerdo no vinculante" con acuerdo de confidencialidad. La sociedad con la que Roig está negociando es la firma de capital riesgo del BBVA, Balanza.

Sobre la propuesta existe un acuerdo no sólo de confidencialidad, tal como dijo ayer el empresario, sino también de exclusividad, con lo que en un plazo de tiempo no muy largo se podrían conocer los detalles de la venta, en el caso de que fragüe. Fuentes del BBVA no quisieron ayer confirmar ni desmentir las negociaciones con la premisa de que el banco no informa sobre las operaciones de mercado. En cualquier caso, otras fuentes indicaron que el hecho de que se haya "desvelado" la existencia de las negociaciones ha causado un profundo malestar en la entidad bancaria. Roig dijo, por su parte, no saber por qué motivos "interesa decir cosas que a veces no se ajustan a la realidad", ya que algunos medios de comunicación anunciaron ayer la venta como una operación cerrada.

Fernando Roig, que también es el máximo accionista del Villarreal C.F., presidente de la sociedad de explotación de parques eólicos Renomar, máximo accionista de la comercializadora de gas Encersa y consejero y accionista de Mercadona, rechazó dar detalles de las negociaciones.

"No ha habido ninguna venta y el capital y la dirección de la empresa están en mis manos, como desde hace 29 años", sentenció. Y señaló que las posibilidades de que la operación frutifique están condicionadas a "si se dan las circunstancias a lo largo del tiempo". "Si hay alguna noticia, la empresa la comunicará", mantuvo, después de que la propia empresa tuviera que reunir ayer mismo al comité representante de los trabajadores para aplacar el nerviosismo que se ha extendido durante los últimos días entre los más de 800 empleados. Fernando Roig aseguró que los trabajadores "no tienen absolutamente ninguna preocupación porque desde la dirección nos hemos preocupado de tener una empresa perfectamente preparada, una de las que tiene mejor productividad de todo el sector", y añadió que les ha trasmitido a los empleados "que si hubiese habido algo", los primeros que se habrían enterado serían ellos. "No hay ningún motivo de preocupación ni de alarma, porque no hay absolutamente nada", concluyó.

La intención de que Roig se quiera desprender de su empresa matriz se ha interpretado en el sector desde dos puntos de vista. Por una parte, es conocida la voluntad de sus hijos de no hacerse cargo de una sociedad cuyo accionariado está totalmente en manos del propio Roig y su esposa, después de que en 1990 se produjera la separación de las participaciones de los hermanos y el matrimonio se quedara como socios únicos de la compañía. Por otra parte, se baraja la posibilidad de que, con la entrada de la sociedad de capital riesgo, Pamesa esté preparando su salida a bolsa o pretenda la consecución de una inyección de capital con el fin de profundizar en el negocio del gas.

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