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Reportaje:

Las habilidades de una nariz

Tom Tykwer cree que ha captado la esencia de 'El perfume', adaptación del 'best seller' de Süskind

Un penetrante olor a ambientador de rosas flotaba en el aire durante la presentación, el pasado miércoles en Barcelona, de El perfume, la adaptación cinematográfica de la novela de Patrick Süskind dirigida por Tom Tykwer. La fragancia procedía de la documentación entregada a la prensa sobre la cinta protagonizada por Ben Whishaw, Alan Rickman, Rachel Hurd-Wood y Dustin Hoffman, cuyo presupuesto es de 50 millones de euros. En realidad, la película no desprende olor alguno. Pero el director confía en haber encontrado los mecanismos cinematográficos para evocarlos en la memoria del espectador. En la suya se conservan todavía los de la comida de Cataluña, donde el verano de 2005 se rodó la mayor parte del filme, y el "olor a sudor" del enorme equipo de la superproducción, con 5.000 figurantes.

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Resolver el modo de impregnar la película del universo olfativo encerrado en la novela fue uno de los grandes desafíos del director. Tykwer intervino en la elaboración del guión junto con Andrew Birkin y Bernd Eichinger, principal productor del filme, en el que ha participado el Grupo Filmax. En este sentido, tenía el reto de emular la maestría de Süskind, quien fue capaz de ganar la batalla a la evidencia de que, como dice Tykwer, "los libros tampoco huelen". Había que conseguir trasladar al espectador a la Francia sucia, maloliente y tenebrosa del siglo XVIII (recreada en escenarios de Barcelona, Girona y Múnich), plasmar su podredumbre y hacerle compartir las habilidades de la portentosa nariz del perfumista y asesino en serie Jean-Baptiste Grenouille, embriagado por el aroma sobrenatural que, según él, emanan las doncellas y, en especial, la bella Laura.

Los primerísimos planos del apéndice nasal del protagonista, el minucioso trabajo del equipo artístico en la recreación de ambientes, el juego con los colores y la luz son las herramientas propias del lenguaje del cine de las que se ha servido Tykwer. En efecto, los asistentes el pasado lunes a un pase restringido de la película (de 147 minutos de duración) destacaban su capacidad para evocar las mismas sensaciones que la lectura del libro. "Creo que he captado la esencia que me dejó la novela cuando la leí por primera vez, hace 20 años. Considero que he tocado la nota adecuada para recrear su atmósfera. Lo que ocurre es que cada uno tiene su percepción individual acerca de la obra de Süskind", afirma el realizador. Y desmiente la teoría según la cual el mismísimo Stanley Kubrick desistió de rodar la adaptación porque la consideró inviable. "Hace unas semanas me encontré a su viuda y me lo desmintió".

Cuenta el director que, aunque a veces el proyecto le haya quitado el sueño, desde que se lo ofrecieron decidió aceptar el reto. "Es muy diferente a mis anteriores trabajos y quizá parezca extraño que yo haya hecho una película de época. Por lo general son muy lentas, me aburren. Así que el reto estaba en hacer algo diferente". A él le ha interesado contar la historia "de una manera extrañamente romántica. Es un cuento terrible de pasión, con un protagonista que es a la vez ingenuo y muy peligroso".Tykwer es incapaz de responder a la pregunta de si el autor del libro está satisfecho con la adaptación. "Es un hombre que vive muy recluido. Ni siquiera sabemos dónde está ahora".

Ben Whishaw, Rachel Hurd Wooo y Tom Tykwer.
Ben Whishaw, Rachel Hurd Wooo y Tom Tykwer.

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