_
_
_
_
_
OCEANOGRAFÍA

Detectadas en el Mediterráneo cascadas submarinas

Un equipo de científicos catalanes y franceses ha descubierto que el Cap de Creus, en Girona, es una de las pocas áreas del Mediterráneo donde se producen cascadas submarinas, un fenómeno "excepcional" que se ocasiona cuando las aguas costeras se enfrían y se hunden a través de grandes cañones. Durante más de trece años, investigadores de la Universidad de Barcelona (UB), el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) y el Centro de Investigación del Fondo Marino de Perpiñán han estudiado las corrientes que se generan en la costa gerundense, en la que se han detectado torrentes submarinos de hasta 100 kilómetros de longitud y entre 3 y 30 kilómetros de anchura.

Los responsables del estudio, publicado por la revista Nature, aseguran que las cascadas submarinas se registran anualmente, aunque pocas veces se producen en magnitudes como la que se detectó en el invierno de 2004-2005 en esta zona del norte de Cataluña, cuando la cascada estuvo fluyendo durante 40 días ininterrumpidos a una velocidad de unos 4 kilómetros por hora. El volumen de agua que movió esta cascada, señalan los científicos, es equivalente a la mitad de la descarga de todos los ríos que mueren en el Mediterráneo o bien la descarga del río Ebro al mar durante ochenta años.

Fenómeno excepcional

Este peculiar fenómeno oceanográfico se origina cuando el viento frío y persistente enfría las aguas marinas superficiales, lo que provoca que aumenten de densidad y, consecuentemente, se hundan masivamente y a gran velocidad formando verdaderas cascadas submarinas que discurren a través de cañones situados a miles de metros de profundidad.

En el Cap de Creus, esta corriente submarina ha dado lugar a una especie de campos labrados o surcos gigantes, que hasta ahora no se habían descubierto, provocados por la acción abrasiva de la arena que arrastran las cascadas, según ha explicado el profesor de la UB Miquel Canals durante la presentación de los resultados del estudio. Canals ha señalado que estas cascadas de agua densa remolcan grandes volúmenes de agua y sedimentos, que erosionan el fondo y conforman un peculiar relieve submarino.

El experto ha comentado que este fenómeno suele producirse principalmente entre los meses de febrero y marzo, cuando el frío es más intenso, aunque su "virulencia" depende de los factores meteorológicos, es decir, que cuanto más frío haga, más densa será el agua y, por lo tanto, a más profundidad llegará. Es por ello que los expertos han alertado de que el cambio climático y el consecuente calentamiento del planeta puede llegar a provocar la desaparición de las enigmáticas cascadas submarinas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_