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Cómo ser un buen musulmán en Europa

Ana Carbajosa

Una escuela negra, donde el 80% de los alumnos son de origen extranjero, comparte calle con la asociación de marroquíes en la que trabaja Mohamed Hamidi. Dice que en Rotterdam hay 30.000 inmigrantes que ni siquiera tienen estudios de primaria y que la tasa de paro entre licenciados musulmanes es el doble que la de los holandeses. Para Hamidi, la educación y el trabajo son las principales barreras para la integración. "El Gobierno se ha dormido, no ha fomentado la enseñanza del holandés, y sin el idioma, es muy difícil encontrar trabajo".

Pero también dice Hamidi, que vino a los 17 años de Marruecos, que un buen trabajo y la lengua no bastan para estar integrado. "Mohamed B. [Bouyer, el joven que asesinó a Van Gogh en nombre de Alá] tenía estudios y hablaba perfectamente holandés, pero desde luego no participaba en la vida pública del país. ¿Qué hace falta para ser musulmán y holandés a la vez?". Es la pregunta del millón, y a la que estos días los políticos en campaña dan respuestas muy parecidas, basadas en la adaptación al sistema de valores occidentales, dejando de lado el relativismo cultural y la aceptación de la diferencia que durante décadas han dominado en la sociedad holandesa.

En la Universidad islámica de Rotterdam, donde enseñan a futuros consejeros religiosos de hospitales y cárceles cómo ser un buen musulmán en Europa, también tratan de dar respuesta a la pregunta de Hamidi. "Los alumnos están desorientados, nos preguntan si pueden trabajar de camareros en restaurantes en los que se sirve cerdo o qué hacer cuando un hombre quiere estrechar la mano de una mujer", explica el secretario general de la Universidad, Tural Koç.

El decano de la facultad de Ciencias Islámicas no tiene tan clara la compatibilidad entre ambos mundos. Sostiene que los Gobiernos europeos ignoran las necesidades de los musulmanes para practicar su religión y no las favorece, lo que, en su opinión, les hace estar al margen de la sociedad. Y piensa que la imagen del islam en Europa es muy negativa. "Hasta que Occidente no cambie esa visión, no habrá integración posible", dice Ozcan Hidir.

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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