"El punto de vista del PP tiene que formar parte de la solución"
El religioso redentorista Alec Reid (Dublín, 1931), implicado en el proceso de paz en Irlanda del Norte, mantiene su confianza en que sea posible conseguir el cese de la violencia en Euskadi. Lleva varios años realizando gestiones discretas con la izquierda abertzale y ETA, y participó la pasada semana en el II Congreso de Derechos Humanos organizado en Bilbao por el Departamento vasco de Justicia.
Pregunta. ¿Sigue convencido de que la decisión de ETA es definitiva?
Respuesta. Sí, no tengo ninguna duda de que ETA, Batasuna y [el sindicato] LAB están dispuestos a resolver el conflicto en una mesa con todos los partidos y de forma pacífica, es decir, a través del diálogo y las vías democráticas. Y el PSOE y el presidente Zapatero están comprometidos con el desarrollo del proceso de paz. Los dos grandes problemas son la falta de cultura del diálogo y la negativa del PP a participar.
P. El momento actual es de crisis y bloqueo grave.
R. No estoy de acuerdo en que haya una crisis. Esto es sólo un impasse. Batasuna tiene que ser legal, porque al Gobierno español le resulta muy difícil tratar con ellos mientras sea ilegal. Batasuna tiene que acudir a la oficina de registro de partidos del Ministerio del Interior y entregar sus nuevos estatutos. Y está dispuesta a hacerlo. Pero dicen que, si lo hacen, los jueces siguen teniendo en sus manos la Ley de Partidos y en poco tiempo pueden volver a ser ilegales. El Gobierno debe hacer algo con esa ley. Y en ese momento estamos. Ambas partes están dispuestas; es cuestión de consensuarlo en privado.
P. Zapatero dice que la pelota está en el tejado de ETA y que, con violencia, no hay nada.
R. Yo diría que ETA ha dado un paso muy importante: el alto el fuego. Incluso un paso peligroso, porque podría producirles internamente problemas. Ahora le corresponde al Gobierno responder. Pero quizá lo peor de todo sea el rebrote de la kale borroka y el robo de las pistolas en Francia. Si la violencia callejera responde a ese mundo, igual es que expresa así su protesta por la falta de avances en el proceso. También está la huelga de hambre de Iñaki de Juana. Parece que la gente está perdiendo poco a poco la confianza y no descarta que ETA pueda volver. Batasuna también ve esa pérdida de confianza de la gente. Y sabe que la violencia callejera incide negativamente. Pero también ve que el Gobierno no está desarrollando el proceso. Y, luego, los jueces están influyendo negativamente.
P. ¿Debería estar la judicatura en tregua también?
R. Lo que dice Batasuna es que, pese a que Zapatero está comprometido con el proceso, no puede controlar a los jueces. Y es evidente que los jueces están interfiriendo en el proceso. La judicatura es independiente del poder político. Y Batasuna dice que, si no hay control de los jueces, no hay control de la situación y, entonces, no hay proceso de paz.
P. ¿Cómo fue la mediación que hizo junto al sacerdote vizcaíno Joseba Segura para favorecer la decisión de ETA?
R. La diócesis bilbaína, el obispo Ricardo Blázquez, nunca ha interferido. Mi relación con Segura ha sido intensa. Es uno de los curas más brillantes que he conocido. Ahora está en Ecuador, pero antes estuvo aquí cuatro años, los mismos que llevo viniendo.
P. Se le considera a usted como el amigo de Batasuna.
R. A mí de lo que me culpan, incluso algunos de mis compañeros españoles, es que nunca hablo ni ayudo a las víctimas, que siempre estoy junto a Batasuna. Pero si quieres sacar el conflicto de las calles, no vale para nada acudir al PNV, a Zapatero o al lehendakari. Tienes que ir a las personas que son capaces de eliminarlo de las calles. Hay que trabajar con ellos y hacerles comprender. Pero también estuvimos con las víctimas. En un encuentro con ellas, escuchamos a una mujer, de unos 40 años, cuyo marido había sido asesinado por ETA. Y dijo: "Yo no desearía esta experiencia para nadie. Cuando me levanto por las mañanas (...) no quiero seguir viviendo". Después de esa cita, le dije a Segura: "Nosotros no queremos que nadie vuelva a hablar así. Así que vamos a tener que hacer algo". De ahí que yo me quedara por aquí.
P. Después, usted comenzó a cartearse con ETA.
R. Algunas han aparecido en algún escrito de una agencia [de prensa], pero no en los periódicos.
P. ¿Se reunió con ETA para ayudar a lograr el alto el fuego?
R. Sí, estuve con ETA. Y fue una buena experiencia. Nos reunimos en un caserío, alrededor de la mesa. Los líderes de ETA me demostraron muchísimo respeto. Yo he celebrado muchas reuniones con miembros del IRA y me recordaban a ellos. Desde luego, no me encontré con guerreros. Estaban dispuestos a iniciar un diálogo, querían recorrer el camino hacia una mesa para llegar a un acuerdo y desarrollaron todo su planteamiento: que el pueblo vasco es una nación con derecho a la autodeterminación y que existe un conflicto que tiene que resolverse a través de métodos pacíficos y democráticos, respetando los derechos de todas las partes.
P. ¿Dónde quedaría en ese planteamiento el PP?
R. Si el PP ganara las elecciones dentro de un par de años, podría eliminar cualquier acuerdo al que se hubiera podido llegar con Batasuna y ETA. Hay que convencer al PP para que se incorpore al proceso de paz. Y esa es otra razón por la que el Gobierno querría que Batasuna fuera legal. El PP no quiere hablar con nadie, aunque me dicen que hay gente moderada en sus filas.
P. Usted lo ha intentado enviando alguna carta al PP.
R. Fue hace unos tres años, Joseba [Segura] y yo le remitimos una carta. El PP tiene un gran apoyo ciudadano. Su punto de vista tiene que formar parte del diálogo y de la solución. No se puede dejar al PP fuera, sería un acuerdo débil. Yo veo al Gobierno comprometido para aprovechar la oportunidad abierta, aunque tenga que asumir riesgos y pueda perder poder. Zapatero es un estadista.
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