Beit Hanún y la Alianza de Civilizaciones
El ataque israelí sobre la localidad palestina de Beit Hanún en Gaza, que causó la muerte de 19 palestinos, la mayoría mujeres y niños, no sólo es un paso más en el conflicto árabe-israelí, sino que es uno de los actos más graves llevados a cabo a sangre fría por el Gobierno de Israel en su ocupación calculada de Gaza y Cisjordania. No es posible pasar de puntillas sobre un hecho tan grave, ni tampoco puede ser justificado por algunos Estados bajo el argumento de la legítima defensa, cuando el precio es la muerte de tantos inocentes y la violación del derecho a la vida en comunidades tan desprotegidas y en minorías tan vulnerables como son los niños.
Este acto en Beit Hanún, después de los últimos meses de recrudecimiento del conflicto, es la clara demostración de la muerte del proceso de paz. La respuesta de Estados Unidos y de una parte de los aliados europeos responde en gran medida a una forma tradicional y caduca de entender el conflicto de Oriente Próximo, en donde la estrategia de las operaciones militares israelíes de represión sobre espacios geográficos concretos va desplazándose según el momento: Líbano, Gaza, Cisjordania y así sucesivamente.
La condena que de este hecho han realizado los socios europeos no puede esconder el segundo plano al que ha pasado la UE en los últimos años en la búsqueda de una solución a este conflicto de Oriente Próximo.
En estos días en los que se intenta dar cuerpo a la Alianza de Civilizaciones, después de la reunión en Kabul del Grupo de Alto Nivel organizado por Naciones Unidas, es necesario tener en cuenta que tanto los nuevos conflictos, derivados del atentado del 11 de septiembre de 2001, como los viejos conflictos agravados, entre los que se encuentra el de Oriente Próximo, son prueba clara de una lección que todavía no ha aprendido el sistema internacional. Lo cierto es que nunca habrá paz real y definitiva en ningún país musulmán, ni en el corazón de todos los árabes, si no se resuelve de forma aceptable la existencia de un Estado palestino. La denominada Alianza de Civilizaciones sólo será posible si se pone en marcha un proceso de transformación y entendimiento en Oriente Próximo, como primer objetivo.
La Alianza de Civilizaciones, o mejor, el diálogo y mestizaje entre culturas como base para una nueva era en las relaciones internacionales, sólo será posible cuando acontecimientos como el bombardeo de Beit Hanún por parte del Ejército israelí, con la complicidad de los Estados Unidos y la tolerancia de una parte de la sociedad internacional, sean definidos como lo que son: un acto genocida que viola las normas básicas del Derecho Internacional para golpear con fuerza en nuestras conciencias.
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