El Papa reafirma el celibato como un valor de la "tradición católica"

El papa Benedicto XVI se reunió ayer con los jefes de los dicasterios vaticanos, en lo que podría compararse con un "consejo de ministros", para analizar las peticiones de normalización planteadas por los sacerdotes casados y, en general, la cuestión del celibato. No hubo, sin embargo, ninguna novedad: el Papa reafirmó, según un breve comunicado, "el valor de la opción del celibato sacerdotal de acuerdo con la tradición católica" e "insistió en la necesidad de una sólida formación humana y cristiana, tanto para los seminaristas como para los sacerdotes ya ordenados".

"Los participantes en la reunión", siguió el comunicado, "dispusieron de una información precisa sobre las peticiones de dispensa de la obligación del celibato presentadas en los últimos años, y sobre la posibilidad de readmisión en el ejercicio del ministerio de sacerdotes que en este momento se encuentran en las condiciones previstas por la iglesia".

El arzobispo emérito Emmanuel Milingo, de 76 años, casado en 2001 durante una ceremonia multitudinaria celebrada en Nueva York por la secta Moon, devolvió el tema a la actualidad en septiembre pasado, con varias declaraciones contra la obligatoriedad del celibato. Milingo fue excomulgado, pero el problema de los sacerdotes casados sigue pendiente de resolución. En la iglesia católica son cada vez más numerosos los sacerdotes con familia, y no sólo por tradiciones históricas especiales, como las que rigen en la comunidad católica oriental de rito latino, o por circunstancias excepcionales, como la conversión al catolicismo de sacerdotes anglicanos o protestantes ya casados.

Según Julio Pérez Pinillos, sacerdote secularizado, autor del libro Los curas obreros en España, en el mundo hay unos 100.000 sacerdotes casados, de los que 6.000 están en España. La mayoría ejerce el ministerio con normalidad, en una situación conocida y tolerada por la jerarquía católica.