Medio Ambiente desaconseja el principal proyecto de expansión urbanística de Bakio

Los planes urbanísticos de expansión en Bakio, que pretenden duplicar el parque de viviendas con la construcción de 1.500 nuevas, no tienen el visto bueno del Gobierno vasco. El Departamento de Medio Ambiente confirmó ayer que, aunque su opinión no es vinculante, desaconseja el plan de edificar 436 pisos junto a una zona protegida. La consejería espera ahora un estudio de impacto ambiental prometido por el consistorio. El PNV aseguró que no existe "ninguna irregularidad urbanística" y la oposición en las Juntas vizcaínas pidió explicaciones a la Diputación.

Con poco más de 2.100 vecinos, cifra que se multiplica por diez en verano, Bakio aprobó sus normas subsidiarias en 2003 para construir 700 nuevas viviendas, pero en los últimos años ha habido varios cambios para aumentar los inmuebles hasta cerca de 1.500. El proyecto más polémico, que ha llevado a la creación de una plataforma ciudadana, Bakiosos, es la edificación de 436 pisos, con la posible inclusión de un campo de golf, a escasa distancia del biotopo (figura de protección para enclaves naturales de pequeño tamaño) de San Juan de Gaztelugatxe.

El llamado sector de Ohija se encuentra en una zona con vistas al mar, donde en un principio se preveía construir 228 viviendas que ahora ya son 436. La polémica creada ha llevado al consistorio a afirmar que estos planes cuentan con el visto bueno de la Diputación y el Gobierno vasco.

Pero el Departamento de Medio Ambiente mostró su disconformidad con este plan urbanístico en 2001 y pidió "la suspensión cautelar" del proyecto cuando contemplaba la mitad de los inmuebles ahora previstos. La postura de la consejería no es vinculante, ya que se tomó en la comisión de Ordenación del Territorio del País Vasco (COPV) en junio de 2001, informó ayer El Correo. Este órgano no realiza informes preceptivos en casos como estos planes urbanísticos parciales.

Un portavoz de Medio Ambiente aseguró que se "reafirma" en el informe de 2001 pero agregó que su postura dependerá ahora del estudio específico de impacto ambiental en esta zona al que se ha comprometido el Ayuntamiento de Bakio. "Luego pasará otra vez por la COPV y tomaremos una decisión". Hasta entonces, la consejería sigue con su valoración de desaconsejar la actuación urbanística.

La polémica creada y, especialmente la petición por parte del PP de una comisión de investigación en las Juntas Generales de Vizcaya, llevó ayer al PNV a expresar su opinión. El portavoz peneuvista Iñigo Iturrate aseguró que "no existe ni ha existido ningún tipo de irregularidad" en el planeamiento urbanístico de Bakio y que el consistorio se ha limitado a asumir los planteamientos de la Diputación y el Gobierno para optar por bloques de pisos en vez de chalés. "No hay recalificaciones sino redensificaciones", apuntó Iturrate, quien destacó que el ayuntamiento (formado por concejales del PNV salvo uno de EA) elaborará estudios de impacto ambiental "aunque no están obligados".

Críticas de PSE y EB

El portavoz en las Juntas instó a los populares a que presenten una denuncia en los tribunales "si realmente tienen algún tipo de prueba o intuición de que se ha cometido alguna irregularidad". A las críticas del PP se unieron ayer los otros dos grupos de la oposición en las Juntas vizcaínas, PSE y Ezker Batua, que pidieron la comparecencia del diputado de Urbanismo, Patxi Sierra-Sesumaga.

El socialista Josu Montalbán cree que un crecimiento urbanístico como éste requiere "una reflexión muy seria" por las afecciones ambientales y los cambios de idiosincrasia del municipio. José Ferrera, portavoz de Ezker Batua, habló de un "descomunal" aumento del número de viviendas, que calificó de "inadecuadas" si incumplen las directrices sobre pisos protegidos de la Ley de Suelo.