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El jefe de móviles de Deutsche Telekom asume la presidencia

La firma logra la mayor subida de la Bolsa alemana, con un 2,6%

El consejo de vigilancia de Deutsche Telekom nombró ayer a René Obermann, hasta ahora jefe de la división de telefonía móvil T-Mobile, sucesor de Kai-Uwe Ricke al frente de la primera empresa de telecomunicaciones de Europa. El relevo se produce tras la dimisión de Ricke por la pérdida de clientes. La Bolsa de Francfort acogió con júbilo la noticia, y Deutsche Telekom registró la mayor subida del día, un 2,6%.

René Obermann promete. A sus 43 años, puede acreditar una carrera meteórica desde sus orígenes humildes hasta la cúpula de una de las mayores empresas de Alemania. Tras estudiar un ciclo de formación profesional de comercio industrial, fundó en 1986 su propia empresa de venta de teléfonos. En 1990 su empresa, ABC Telekom, ya facturaba 10 millones de euros y a Deutsche Telekom llegó en 1998 de la mano de su antecesor en la presidencia, Kai-Uwe Ricke.

Como responsable de la filial de móviles, logró mantener el tipo pese a la competencia feroz, de la que salió airoso gracias a una reestructuración que costó un centenar de empleos y que, aseguran los expertos, más tarde hubiese costado muchos más.

Pero si bien los méritos de René Obermann al frente de T-Mobile son innegables, también es cierto que las condiciones ahora son bastante más adversas que las que encontró en T-Mobile. El principal problema es la pérdida fulgurante de clientes de telefonía fija, un millón y medio en lo que va de año.

Deutsche Telekom, un monstruo con una estructura más propia del monopolio público que fue que de una empresa privada, es incapaz de aguantar el tirón de la ágil competencia. Con 250.000 empleados, la Telekom, participada en un 32,5% por el Estado alemán, aún emplea a 43.000 funcionarios. No sólo no se leos puede echar sino que disfrutan de condiciones laborales que la empresa hoy no ofrecería a sus nuevos fichajes.

Ricke ya inició un plan para recortar 32.000 empleos hasta 2008 que se espera que Obermann continúe ejecutando, si no lo endurece. Hace semanas que circulan rumores de que la cifra no quedará en 32.000, y la fama de Obermann, apodado el bulldozer, hace alentar estos temores. "El resultado de nuestros esfuerzos tiene que ser clientes leales y satisfechos. Sólo entonces podremos alcanzar buenos rendimientos y dar a muchas personas en la empresa perspectivas de empleo a largo plazo. Y sólo si conseguimos esto estarán nuestros accionistas satisfechos con nuestro trabajo", dijo ayer Obermann tras su nombramiento.

La Telekom alimenta su imagen de empresa ineficiente gracias a un servicio de atención al cliente del que cada habitante de Alemania podría contar alguna historia. La aversión popular a la Telekom encontró recientemente expresión en El libro de los odiadores de la Telekom, que reúne las peores pesadillas de los clientes. Obermann no sólo ha leído el libro, sino que se pasea de incógnito por los puntos de venta para controlar el servicio.

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