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Brusca critica la incapacidad del Consell para articular una política agraria real

Duro informe del líder de la Unió de Llauradors ante el congreso de la organización

Joan Brusca, secretario general de la Unió de Llauradors, denunció ayer que ningún gobierno de la Generalitat ha tenido "voluntad de articular una verdadera política agraria valenciana de futuro". Brusca realizó la crítica en el informe sindical ante los 200 delegados del congreso que la Unió realiza este fin de semana. El líder agrario lamentó, más concretamente, la incapacidad del Consell en los últimos cuatro años -en los que se han sucedido tres consejeros distintos- para articular una política clara y definida "sobre el modelo agrario" que precisa el campo valenciano.

La Unió de Llauradors opina que las medidas marcadas por Cotino no frenarán la crisis

La Unió de Llauradors abrió ayer su XI Congreso con un discurso muy crítico con la política agraria del gobierno valenciano. Joan Brusca, secretario general de la organización, denunció durante la lectura del informe sindical ante los delegados que todas las comarcas que participan desde ayer en el congreso la "ausencia de una política agraria clara y definida" por parte del Consell. En los últimos cuatro años han pasado tres responsables por la Consejería de Agricultura -María Ángeles Ramón-Llin, Gema Amor y Juan Cotino- que han impulsado "líneas de trabajo sin continuidad respecto a sus antecesores". Brusca ilustró la denuncia con ejemplos: el libro Blanco anunciado por María Ángeles Ramón-Llin "nunca vio la luz"; las 50 medidas del Foro Agrario de Gema Amor se quedaron en papel mojado, y el Plan Millorar del actual titular de la cartera, Juan Cotino, "avanza de forma tan lenta que no se perciben todavía sus anunciadas mejoras para la renta de los valencianos". Brusca considera que el Plan Millorar evidencia "la inexistencia de unos criterios claros y objetivos políticos claros y una ausencia evidente de las suficientes inversiones para afrontar la difícil crisis por la que atraviesa actualmente el campo.

El secretario general de la Unió de Llauradors también lamentó que el Consell no haya abordado la profesionalización de la agricultura autonómica ni su modernización "de una forma ambiciosa". Y cuando ha tratado de hacelo, como ocurrió con la aprobación de la conocida como ley contra el minifundismo ha fracasado al no lograr despertar el interés del sector, añadió.

Brusca fue más allá y quiso también denunciar que la Consejería de Agricultura sólo desarrolla políticas propias en determinados asuntos como la modernización de regadíos -pese a desconocer si el ahorro de agua beneficiará o no al campo- o en la promoción de productos ligada a eventos como la visita del Papa o la Copa del América.

Otro punto que tocó el secretario general fueron las elecciones en el campo, una reivindicación histórica de la organización y al que el Consell sigue negándose "alinéandose" así con las tres organizaciones de Asaja (AVA, Jóvenes Agricultores y Fepac)

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El informe sindical obtuvo el respaldo por 139 votos a favor y sólo dos abstenciones. El congreso que se prolongará durante este fin de semana en la Universidad Politécnica de Valencia. La inauguración contó con la presencia del delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Antoni Bernabé, y del concejal del Ayuntamiento de Valencia, Vicente Aleixandre.

Durante el congreso que desde hoy reúne a más de 200 delegados de la organización procedentes de todas las comarcas de la Comunidad Valenciana, se realizará un homenaje a los principales protagonistas de los 30 años de historia de la Únió. El domingo, igualmente, el congreso nombrará nueva comisión ejecutiva que deberá elegir secretario general, cargo en el que repetirá, previsiblemente, Joan Brusca.

Precios del siglo XX para hacer frente a costes del XXI

El campo valenciano se enfrenta seguramente a una de las crisis más profundas de su historia. Navega en una sociedad que en las últimas décadas del siglo pasado dejó atrás definitivamente su carácter eminentemente agrario y sortea con fortuna variada la creciente presión urbanística. Y lo hace en una partida en la que tiene menos cartas que los demás jugadores. El agricultor recibe cada vez menos dinero por sus cosechas mientras que sus costes no dejan de aumentar.

El agricultor obtiene por sus cítricos -el principal cultivo en el territorio por superficie ocupada- un 68% menos (aplicado el IPC) que hace diez años, según los datos que maneja la Unió de Llauradors. En 1997, por ejemplo, un kilo de navelate se pagaba en el campo a 0,55 céntimos mientras que el año pasado esta cantidad era de 0,20 céntimos por cada kilo de fruta. El dato, además, ha roto la norma de que a menor oferta mayor precio, como se hizo evidente en la anterior campaña citrícola, la menos cuantiosa en 20 años y la que peor se pagó al agricultor.

En 15 años han desaparecido en la Comunidad Valenciana 144.000 hectáreas de cultivo. La superficie cultivada se situó en 2004 (último estudio del Instituto Valenciano de Estadística) en algo más de 601.000 hectáreas.

La crisis de precios, en líneas generales, ha alejado la rentabilidad de esta actividad, lo que está provocando un éxodo de profesionales, sobre todo de los más jóvenes. Entre 1999 y 2003, la Unió estima que 7.300 titulares de explotaciones agrarias dejaron el campo. En cuatro años, 8.000 agricultores menores de 30 años han decidido, igualmente, cambiar de actividad.

Todo esto agudiza el paulatino envejecimiento del campo valenciano. Más de la mitad de los agricultores profesionales (52%) tienen más de 60 años, cuando en 1999 este porcentaje era del 46%. Por el contrario, los agricultores y ganaderos menores de 35 años apenas representan ya el 3,8% del total cuando tres años atrás suponían el 6% de los profesionales del sector.

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