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Elecciones legislativas en EE UU

Los republicanos acortan distancias en la recta final de las legislativas

Bush concluye 10 días de campaña para tratar de limitar la anunciada victoria demócrata

¿Pueden los republicanos contener las pérdidas? En las últimas horas de la campaña de las legislativas, tres sondeos coinciden en que las distancias se acortan, que una parte de las bases republicanas que iban a quedarse en casa están votando hoy. ¿Es la condena a muerte del ex dictador iraquí Sadam Husein, el patinazo de John Kerry de la semana pasada o la reacción al bombardeo de propaganda televisiva del fin de semana? Y, sobre todo, ¿será esta reacción suficiente, o es demasiado poco y demasiado tarde para los republicanos y para el presidente George W. Bush?

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El último sondeo del Pew Center dice que "hay un número creciente de votantes que se definen a favor de los congresistas republicanos". Aunque se mantiene la ventaja demócrata en intención de voto, los 11 puntos de hace dos semanas se han convertido en cuatro, y "los independientes dividen sus intenciones". La encuesta de The Washington Post y ABC que hace 15 días daba 14 puntos de ventaja a los demócratas se queda ahora en seis. Y el sondeo de USA Today y Gallup pasa de 13 puntos a siete.

"Si estas encuestas aciertan, son malas noticias para los demócratas, y sugieren que su avance será más limitado de lo que todo el mundo esperaba", dice el analista de la Universidad de Virginia Larry Sabato. Después de advertir de que "la competición del último momento incrementa la volatilidad de los resultados", Sabato apuesta por una Cámara para los demócratas (su predicción es 232 escaños demócratas y 203 republicanos, prácticamente al revés de la actual), y un Senado en que los republicanos mantendrían el control por poco (51-49). Otros expertos apuntan la misma tendencia: la probabilidad de que las elecciones desemboquen en una Cámara demócrata y un Senado republicano.

Pero estas encuestas indican tendencias nacionales. En la Cámara se renuevan los 435 escaños, y sólo hay competición real en menos de medio centenar de distritos. Los demócratas necesitan ganar 15 para hacerse con el control. En el Senado se renueva un tercio de los 100 escaños: la pelea se centra en poco más de media docena de Estados. Ayer había empate en cuatro: Misuri, Virginia, Rhode Island y Montana. En Tennessee, el republicano Bob Corker se despegaba del demócrata Harold Ford, pero en Ohio y Pensilvania son los candidatos demócratas los que afianzaban su ventaja. Para ser mayoría, los demócratas necesitarían ganar en los cuatro Estados en los que se registra empate.

El recorte en las distancias, a pesar de que no pone en duda la victoria demócrata, desencadenó ayer una frenética recta final de actos, comparecencias y publicidad en los dos partidos. "Es inevitable que al final haya aproximaciones, pero me está poniendo nervioso", confesó Rahm Emmanuel, jefe del Comité Electoral de la Cámara, a The New York Times. La futura presidenta de la Cámara en caso de victoria, Nancy Pelosi, dijo el domingo en un mitin: "Aún tenemos que escalar dos Everest: se llaman lunes y martes".

Los demócratas decidieron llevar a una de sus principales estrellas, el ex presidente Bill Clinton, al cierre de campaña de Rhode Island y Virginia, dos de los Estados en los que hay empate en los sondeos para el Senado.

¿Por qué la recuperación republicana? Por una combinación de factores: el desafortunado comentario de John Kerry sobre los soldados en Irak de hace una semana, que llegó al 84% de los votantes ("después de haberse cargado una elección para su partido, aparentemente está intentando repetir la jugada", según el analista Stuart Rothenberg, que cree, de todas formas, que "la suerte está echada" a favor de los demócratas); la sentencia de Sadam Husein (aunque no cambia la crítica de la mayoría a la guerra, ayuda a la retórica de la Casa Blanca); y, desde luego, por la movilización final, con el Proyecto 72 horas y el bombardeo publicitario (contestado al mismo nivel por los demócratas, pero sus bases ya estaban motivadas).

El presidente del partido, Ken Mehlman, ha enviado una circular a todos los responsables y militantes para lanzarles a la batalla final: hay un impulso real, asegura Mehlman, que es superior al que recogen las encuestas, y el Proyecto 72 horas está funcionando: "Hasta el sábado habíamos hablado con 27 millones de votantes; sólo el sábado se contactó a otros tres millones. Este esfuerzo se notará sin duda el día de las elecciones, aunque aún no figure en los sondeos".

En el empujón final, el hombre que está en el centro de las elecciones sin presentarse, George W. Bush, remató ayer 10 días de campaña. Bush, que vota hoy en Crawford (Tejas), ha recorrido Estados tradicionalmente republicanos para despertar a las bases. Ayer estuvo en Florida, Arkansas y Tejas. En el sondeo del Pew Center, el índice de apoyo al presidente sube tres puntos, hasta el 41%. El entusiasmo republicano gana 10 puntos, pero estaba por los suelos (32%). El 72% de los demócratas creen que su partido va a ganar, frente al 17% de los republicanos; un 48% cree que se va a quedar igual y un 29% que va a quedar peor que en las pasadas elecciones.

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