Los ataques israelíes contra Gaza causan 40 muertos en 4 días
La ofensiva lanzada por el Gobierno de Olmert es la más dura desde junio
Cinco milicianos de Hamás y dos civiles se sumaron ayer a la lista de muertos en Gaza. Rondan los 40 -alrededor de la mitad de ellos mujeres, niños y ancianos- en los últimos 4 días de ataques de francotiradores israelíes, de la aviación, de la artillería, de derribo de viviendas y mezquitas. Sobre todo en la ciudad de Beit Hanun, en el norte de la franja, donde las calles estaban vacías por el toque de queda y donde algunas personas pedían comida y agua desde las ventanas de sus casas.
También en Belén (Cisjordania), la presencia militar israelí se prolongó un día para capturar a un dirigente de Yihad Islámica que acabó muerto. El activista se negó a entregarse, las excavadoras del Ejército derribaron la casa en la que se escondía, y cuando trataba de fugarse, fue acribillado.
La ofensiva decidida por el Gobierno de Ehud Olmert es la más dura desde el mes de junio, cuando fue capturado el soldado judío Gilad Shalit. Los uniformados buscan depósitos de armas y pretenden atajar el disparo de proyectiles artesanales. Pero no logran frenar el lanzamiento de cohetes Kassam, un promedio de cinco cada día de esta semana. Varias milicias palestinas advirtieron de que la ofensiva sobre Beit Hanun pone en riesgo la vida de Shalit y amenazaron con reanudar los atentados suicidas en Israel. Miembros del brazo armado de Hamás se enfrentaron ayer a los militares israelíes -uno de sus oficiales resultó gravemente herido- con armas ligeras, explosivos y misiles antitanques. Mientras, los dirigentes políticos palestinos arreciaron en sus peticiones a Naciones Unidas para que detenga los ataques israelíes. De momento, nadie las escucha.
"Máquina de matar"
Un comunicado de la oficina del presidente palestino, Mahmud Abbas, señalaba que sólo hace unos meses los palestinos pensaban que nadie podría superar el "legado asesino de Ariel Sharon". Pero la nota añadía, dando a entender que poco importa quién esté al frente del Gobierno hebreo: "La máquina de matar del Ejército israelí está dirigida por la ideología del Gran Israel y por la doctrina de la disuasión, intimidación, castigo, muerte y destrucción de quienes se atreven a enfrentarse a sus objetivos". El primer ministro, Ismail Haniya, afirmó que el Ejército israelí está utilizando Gaza como campo de experimentación de armas no convencionales y que la brutal agresión obedece al interés del Ejército por tapar su fracaso en la guerra contra Hezbolá en Líbano.
Mientras, los colonos piden aún mayor contundencia a su Ejército y los ultraortodoxos judíos comienzan a levantar barricadas en Jerusalén en protesta por la celebración de la Marcha Gay -el próximo viernes, si no suspende el acto la policía- y por la decisión gubernamental de instalar un generador eléctrico durante el sabbat, en Tel Aviv se manifestaron por la noche miles de personas en memoria de Isaac Rabin, asesinado ayer hace 11 años. Los asistentes a la plaza donde murió el ex primer ministro israelí reclamaron el fin de la invasión de Gaza. Como los dirigentes palestinos, tienen nulas probabilidades de ser escuchados.
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