La policía detiene en Melilla a dos acusados de colaborar en el atentado de Casablanca
Se les atribuye militar en el Grupo Islámico Combatiente Marroquí, implicado en el 11-M
La policía detuvo ayer en Melilla a dos supuestos miembros del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), acusados de haber dado apoyo logístico a los autores de los atentados suicidas de Casablanca (Marruecos). Éstos fueron perpetrados el 16 de mayo de 2003 contra intereses españoles y judíos, y provocaron la muerte de 41 personas, entre ellas dos españoles. Los detenidos son Ali Aarras, nacido en Marruecos hace 43 años pero de nacionalidad belga, y el melillense Nordin El Behri Hamed Mohande, de 31 años.
Las investigaciones llevadas a cabo por la Comisaría General de Información, con apoyo de las autoridades francesas (que los tiene encartados en una comisión rogatoria) y de Marruecos, apuntan a que ambos habrían prestado apoyo logístico a los miembros del GICM que perpetraron la cadena de atentados suicidas. En concreto, se sospecha que incluso convivieron con al menos uno de ellos.
El juez Baltasar Garzón ordenó su detención por integración en organización terrorista y por tener vínculos con el atentado de Casablanca. Este ataque fue perpetrado por el GICM, al que también se vincula con los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, en el que fueron asesinadas 192 personas (incluido el geo Francisco Javier Torronteras, asesinado el 3 de abril de ese año en Leganés). El GICM es, desde 2001, uno de los grupos terroristas asociados a Al Qaeda y con estrechos vínculos con grupos salafistas yihadistas de Libia y Túnez.
Las viviendas de los dos detenidos fueron registradas ayer. En la de Aarras, los agentes se incautaron de diversa documentación, agendas personales, un telescopio, dos maletines metálicos, un disquete, dos CD-ROM y un ordenador portátil.
El delegado del Gobierno en Melilla, José Fernández Chacón, aseguró que los detenidos carecen de antecedentes penales y que residían en el barrio de Ataque Seco. Aarras, originario de Farhana, llevaba aproximadamente un año residiendo en la ciudad española del norte de África y llevaba "una vida tranquila y poco llamativa", según Fernández Chacón. Éste agregó que la vinculación de Aarras con los atentados de Casablanca "está muy clara".
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