Piqué acusa a los socialistas de haber traicionado a la España constitucional

Josep Piqué, candidato a la Generalitat por el PP, acusó ayer al PSC de haber "traicionado a la España constitucional". Piqué lanzó esta diatriba contra los socialistas desde una inmensa cámara frigorífica, situada en Torrefarrera (Segrià), donde se reunieron para comer más de 400 simpatizantes del PP. Con este mitin, Piqué inició la clausura de la campaña, que continuará hoy en Girona y Rubí.

"El PP es el único partido que defiende una determinada idea de España y Cataluña, y que compatibiliza ambos sentimientos. El PP apuesta por trasladar el bilingüismo normal y tranquilo de la calle a las administraciones, a la vida pública y a la educación", aseguró enfervorizado y en medio de los vítores de los seguidores, entre los que había más de medio centenar de jóvenes de las Nuevas Generaciones, que se han convertido en la clac itinerante de los mítines de Piqué.

El candidato no dudó en reclamar el voto de los socialistas "que defienden España", ya que, en su opinión, el partido de José Montilla, "a pesar de que asegura que mantiene la armonía entre España y Cataluña, ha hecho un Gobierno con independentistas, ha aplicado una política de sanciones a los comerciantes que rotulan en catalán y ha pactado un Estatuto, que lleva al monolingüismo".

El candidato del PP a la Generalitat reclamó la necesidad de que su partido recupere en Lleida el segundo diputado que perdió en los anteriores comicios. Para ello, reclamó que los votantes de las generales participen en las elecciones del 1 de noviembre y el electorado del PP en las generales no se vea otra vez recortado a más de la mitad en las autonómicas. "Éstas son también nuestras elecciones. Es muy importante el resultado que obtengamos, porque de ellas depende el que obtenga el PP en las generales y en las municipales. Además, buena parte de las políticas que afectan a la vida cotidiana se deciden en el Parlament", continuó Pique.

Mitin en Tortosa

Antes del mitin, Piqué recorrió, con un pequeño séquito, el popular mercado de Torrefarrera. Entre tenderetes de las más diversas mercancías, la plana mayor del PP catalán deambuló estrechando manos. Un joven que vendía artesanía le regaló al candidato una pulsera de la buena suerte, al tiempo que ironizaba diciéndole, "no se la cobro porque es a precios populares".

Por la tarde, en Tortosa, Piqué cambió de rival y escogió como objetivo al candidato de CiU, Artur Mas. El líder del PP afirmó que no sólo reclamará a CiU consejerías en un eventual pacto de gobierno, sino que forzará al candidato convergente a "hacer una rectificación en toda regla y volver al notario para decir lo contrario" de lo que firmó, que era un pacto global con el PP. Piqué, muy visceral al referirse a las relaciones con la federación nacionalista, aseguró que en esta promesa ponía en juego su "dignidad personal y política". Piqué dejó ayer claro que sin esta rectificación su partido no apoyará la investidura de Mas ni un pacto de gobierno con los nacionalistas.

El líder conservador envió este mensaje a CiU desde Tortosa, donde celebró el mitin de clausura en Tarragona. La capital del Baix Ebre fue en épocas pasadas uno de los principales graneros de votos populares. A principios de los noventa, el PP recogía allí hasta el 22% de los votos del territorio. Ahora, tras el fuerte rechazo al Plan Hidrológico Nacional propuesto por el Gobierno de Aznar, determinante en el retroceso electoral del PP y en el avance de las izquierdas, Piqué animó a la militancia de las comarcas del Ebro a apurar hasta el final de la campaña para convencer a los votantes indecisos del PSC y de CiU. Según el político, fueron estos partidos los que paralizaron inversiones de 570 millones de euros que Aznar prometió a cambio del realizar el trasvase del Ebro.