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Alemania pide paso en la seguridad mundial

El Gobierno de Berlín revisa su política de Defensa para tener mayor peso internacional

Alemania sentó ayer las bases para reorientar su Ejército hacia un mayor protagonismo en el futuro de la defensa europea y en los conflictos internacionales. Con la aprobación ayer de un Libro Blanco sobre la política de seguridad de Alemania y del futuro del Ejército, el Ejecutivo alemán establece el futuro papel de la Alemania reunificada en la escena internacional. Se trata del primer Libro Blanco en 12 años. "En 1994 no estábamos en misión en los Balcanes, ni en Afganistán, ni en el Cuerno de África, ni en Congo, ni en Líbano, y no había 11 de septiembre ni estábamos amenazados por el terrorismo internacional como desgraciadamente lo estamos ahora", declaró ayer el ministro de Defensa, el democristiano Franz Josef Jung.

El Ejército alemán, sin abandonar su papel defensivo, se orientará a las misiones de paz
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Libro Blanco, en negro

La presentación del Libro Blanco se vio ayer perturbada por la publicación en el diario sensacionalista Bild de unas fotos en las que soldados alemanes bromeaban con calaveras humanas. Las imágenes, algunas de carácter obsceno, fueron tomadas en 2003 en Afganistán. "Quien se comporta así no tiene cabida en la Bundeswehr [Ejército]", declaró el ministro Jung tras expresar su repulsa.

De los soldados que aparecen en las fotos, uno es suboficial y el otro ya no pertenece al Ejército. Ambos fueron interrogados ayer, según aseguró el inspector general del Ejército, Wolfgang Schneiderhahn. El Ejército teme las reacciones violentas que se puedan producir en los países islámicos como consecuencia de la publicación de las fotos.

El terrorismo internacional, las armas de destrucción masiva y las consecuencias de los conflictos regionales son, según el Libro Blanco, las nuevas amenazas a las que se enfrenta Alemania, cuyo Ejército, sin abandonar su papel defensivo tradicional, se orientará más a partir de ahora hacia las misiones internacionales para el restablecimiento de la paz. Además de ser la principal economía europea, Alemania es también uno de los países que más soldados mantiene en misiones fuera de sus fronteras -actualmente unos 9.000-. Sin embargo, su papel en términos militares ha estado tradicionalmente muy por detrás de otras potencias como Reino Unido o Francia.

El documento ha recibido algunas críticas, porque no especifica las circunstancias concretas bajo las cuales las fuerzas armadas alemanas intervendrían en un conflicto en el extranjero, ni detalla qué intereses nacionales justificarían esa acción militar.

La política de seguridad alemana se basará a partir de ahora en tres pilares: prevención civil de crisis, resolución de conflictos y mantenimiento de la paz, con un fuerte acento en el carácter preventivo y en la colaboración con otros ejércitos en la ejecución de sus misiones. En este sentido, Alemania considera a la OTAN "el principal ancla de la política de seguridad y defensa alemana", por delante de la Unión Europea, aunque aspira a reforzar la política de seguridad y defensa de la UE y a estrechar la colaboración entre las dos organizaciones. También se subraya la especial relación de Alemania con Francia.

El documento aprobado ayer en un Consejo de Ministros que, excepcionalmente y de manera simbólica, se reunió en el Ministerio de Defensa en lugar de hacerlo en la Cancillería, abre la puerta a una enmienda constitucional que permitirá al Ejército asistir a las fuerzas de seguridad del Estado dentro del territorio alemán cuando sea necesario.

La Bundeswehr se orientará más en el futuro hacia la multidisciplinariedad, empujada por las nuevas necesidades de las misiones de paz, que van más allá de la defensa para abarcar terrenos como la ayuda humanitaria, la asistencia técnica, la formación de efectivos y la prevención de conflictos.

La posición de Alemania en el plano internacional comenzó a cambiar en 1999, cuando el primer Gobierno rojiverde del entonces canciller socialdemócrata Gerhard Schröder aprobó participar, por primera vez desde el fin de la II Guerra Mundial, en la guerra de Kosovo contra el régimen de Slobodan Milosevic. Y tuvo que ser el hasta entonces pacifista partido de los Verdes, su socio de coalición, quien llevara a Alemania a la guerra. A su líder, Joschka Fischer, la decisión le costó entonces la perforación del tímpano derecho por el impacto contra el oído de un globo de pintura roja que le lanzaron en un congreso del partido, en el que no fueron pocos los que le insultaron gritándole "asesino".

Desde entonces, además de en la guerra yugoslava, tropas alemanas han participado en misiones en Yibuti, supervisando las elecciones en la República Democrática de Congo, y en operaciones de paz en los Balcanes, en Afganistán y desde el pasado septiembre también en Líbano.

El nuevo Libro Blanco, de 133 páginas, aspira a dotar al Ejército alemán de capacidad suficiente para poder mantener en el extranjero a 14.000 soldados en hasta cinco misiones simultáneas. De 650.000 hombres en armas tras la reunificación del país, la Bundeswehr ha tenido que soportar una cura de adelgazamiento hasta los actuales 250.000 militares -de los que 50.000 son de reemplazo- y 117.000 civiles.

El Gobierno apuesta por mantener en el futuro el servicio militar obligatorio. El presupuesto alemán de 2007 dedicará a Defensa un 10,5%, 28.400 millones de euros. En 2005, la cifra era de 24.000 millones, un 1,4% del PIB.

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