La lucha por volver a Seat
Varios despedidos inician una huelga de hambre en la UB para pedir la readmisión
Hubo un tiempo en que el edificio histórico de la Universidad de Barcelona, en la Gran Via, era la caja de resonancia de las reivindicaciones del movimiento obrero catalán tardofranquista, punto de encuentro de las masivas huelgas de la construcción y el metal.
Lejos de evocar aquellos años setenta, ayer, una decena de trabajadores de Seat afectados por el último expediente de regulación de empleo (ERE), en la pasada Navidad, ocuparon -sin el consentimiento del rector, Màrius Rubiralta- el claustro de la institución para pedir la readmisión de los 646 empleados. Estarán en huelga de hambre tres días, hasta mañana. Sólo es un "aviso".
Coincidiendo con la campaña electoral, este fin de semana se cumplen 10 meses desde que la dirección de Seat entregó las cartas de extinción de contrato. Entre los trabajadores que se han sumado a esta huelga, se encuentra Merche Sánchez, secretaria general de la CGT de Cataluña, el único sindicato que no firmó el expediente. Sánchez figuraba en la lista de despedidos, pero fue readmitida después de que el entonces consejero de Trabajo e Industria, Josep Maria Rañé, recordara a la empresa la nulidad del despido por el cargo que ocupa.
Los huelguistas, agrupados en la Asamblea de Despedidos de Seat, aseguran que hay una docena de despidos declarados nulos y que la empresa no reconoce. Es el caso de José María Requena, que a sus 39 años lleva media vida en en la compañía, y de Juanjo Córdoba, de 30 años, que tiene una hija de dos y medio y está pagando una hipoteca.
La empresa les abona puntualmente el sueldo, pero no les deja cruzar la puerta de la fábrica amparándose en que ha recurrido contra las sentencias en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Deberían poder entrar, puesto que ambos son miembros de la sección sindical de la CGT.
Los manifestantes denuncian que la dirección, UGT y CC OO han aprovechado el expediente para llevar a cabo una "caza de brujas" contra la CGT, al haber despedido al 20% de los afiliados a dicho sindicato. Ángel Herrero, de 37 años y que lleva 19 en la empresa, y Wenceslao Calero, de 59, son dos de ellos. Por un año, Calero no se ha podido prejubilar.
Finalmente, los huelguistas también acusan a las partes de incumplir las condiciones del ERE, al estar contratando a trabajadores nuevos en vez de a los despedidos. Fuentes de Seat aseguran que la readmisión empezará en noviembre.
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