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Decenas de ONG quedan en el limbo en Rusia ante las condiciones de la nueva ley

Los trámites burocráticos retrasan el registro de grupos como Human Rights Watch

Pilar Bonet

La burocracia retrasa (en el mejor de los casos) o impide (en el peor) el registro de prestigiosas organizaciones no gubernamentales en Rusia, según los datos divulgados al expirar el plazo para que entreguen la documentación requerida por una controvertida ley que entró en vigor el pasado abril. Esta ley, criticada por los grupos de defensa de derechos humanos, que la consideran un instrumento de control del Kremlin, obliga a las ONG extranjeras a registrarse ante el Ministerio de Justicia, al margen de que lo hubieran hecho antes en otras instancias oficiales.

El texto legal fue retocado ligeramente después de que el Consejo de Europa recomendara modificarlo, pero mantiene ambigüedades susceptibles de empleo selectivo contra entidades incómodas.

Un total de 91 ONG fueron registradas tras cumplir los requisitos en el plazo que concluía ayer, y las solicitudes de otras 79 estaban siendo examinadas, según dijo a Interfax Anatoli Pánchenko, vicejefe del Registro de partidos políticos, organizaciones sociales y religiosas, dependiente de Justicia. Luz verde han recibido las fundaciones políticas alemanas y estadounidenses y varias gestoras de adopciones infantiles, entre ellas cinco españolas.

Pero entidades como el Consejo Danés de los Refugiados, Médicos sin Fronteras y Human Rights Watch no han sido registradas aún. Pánchenko quitó importancia al hecho. "Creo que todas las 79 filiales de ONG extranjeras cuya documentación se examina se inscribirán", señaló el funcionario, según el cual "unos irán más deprisa, porque han preparado bien el paquete de documentos, y otros más despacio. Es una cuestión de tiempo".

El Ministerio de Justicia ha desmentido que las organizaciones que no lograran presentar sus documentos a tiempo dejarían de existir a partir de hoy. Su existencia provisional, sin embargo, será precaria y extraña. Según Natalia Vishniakova, del citado ministerio, los no registrados "no podrán cumplir sus fines y tareas desde el 19 de octubre", pero "seguirán existiendo como personas jurídicas en el territorio" ruso. Human Rights Watch ha sido registrada varias veces en Rusia desde 1993, y "en cada ocasión la burocracia y el papeleo han ido en aumento", según Alexandr Petrov, miembro de la organización. "Hace un año, nos dieron un permiso hasta 2008", señaló Petrov, que dijo estar pendiente de unos documentos de Nueva York y de las correspondientes traducciones para completar el nuevo trámite.

La nueva ley abre un margen para la arbitrariedad, ya que obliga a las ONG a someter su programa de actividades al Ministerio de Justicia, y nadie sabe qué grado de detalle se exigirá. Supone también nueva confusión. Los representantes de tres respetables fundaciones alemanas (la Konrad Adenauer, la Friedrich Ebert y la Rosa Luxemburg) han tenido que abandonar precipitadamente Rusia al expirar sus visados y desconocer quién debe renovarlos, según Jens Siegert, delegado de la Fundación Heinrich Böhl en Moscú.

Otro problema es que la nueva ley prohíbe a las ONG extranjeras ocuparse de política. "La legislación no define lo que es político, y si celebramos un seminario sobre las relaciones entre Rusia y la UE no sabemos si estamos cometiendo una infracción o no", dijo Siegert.

Según Lev Levinson, del Instituto de Derechos Humanos, hasta 2007 no hay peligro de que las autoridades clausuren ninguna ONG. Los problemas comenzarán en abril, cuando tengan que presentar el informe de sus actividades e indicar sus fuentes de financiación, señaló. Se calcula que en Rusia existen cientos de ONG extranjeras. Recientemente, el presidente, Vladímir Putin, dio la cifra de 400 que, según él, iban a registrarse.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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