El magnate Álvaro Noboa gana la primera vuelta de las presidenciales de Ecuador
El candidato izquierdista Rafael Correa asegura que su oponente venció gracias al fraude
Los resultados de las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo en Ecuador arrojan una fuerte polarización de la sociedad, que el próximo 26 de noviembre tendrá que optar entre dos modelos antagónicos representados respectivamente por el empresario conservador Álvaro Noboa y el economista de izquierdas Rafael Correa. Ayer, con un lento recuento en marcha, al 70,6% de los votos escrutados Noboa vencía con el 26,66% de sufragios frente al 22,51% de Correa. El líder de la izquierdista Alianza País aseguró ayer que había habido fraude.
Noboa, un multimillonario dueño de 110 empresas y uno de los mayores exportadores de plátanos del mundo, ha expresado su confianza en la victoria final. A la tercera va la vencida y ya en dos ocasiones, en 1998 y 2002, pasó a la segunda vuelta de las presidenciales siendo derrotado por Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez, respectivamente. Sin embargo, en esta ocasión cuenta a su favor con una promesa de estabilidad que choca frontalmente con el proyecto de refundación total del país, similar a lo ocurrido en Venezuela y Bolivia, que propugna Correa.
Con aspecto tranquilo y cambiando el tono apocalíptico de sus últimas intervenciones antes de la votación del domingo, Noboa puso como ejemplo a España, Estados Unidos e Italia, de países caracterizados por la estabilidad institucional y prosperidad económica. En un improvisado debate en televisión cruzó algunas palabras con Correa quien le acusó de explotar a niños en sus plantaciones de plátanos. Noboa mantuvo la calma, trató a su oponente de "coronel Correa" y aseguró que "a Rafael todavía le faltan dos o tres campañitas electorales"; en ese momento el candidato de izquierda se despidió de la conexión. "No puedo perder el tiempo", indicó.
En un país duramente golpeado por la pobreza y por las revueltas periódicas contra la jefatura del Estado, el mensaje de Noboa ha calado especialmente en la parte costera de país, mucho más desarrollada económicamente y con aspiraciones de autonomía, mientras que Correa ha obtenido mejores resultados en el interior, aunque la población indígena no apoya la candidatura de este economista formado en EE UU.
Correa insistió ayer en que se ha producido un fraude en esta primera vuelta y manifestó su convencimiento de que el apaño electoral se va a consumar en la segunda. El líder de Alianza País acusó directamente a la Organización de Estados Americanos (OEA) de estar involucrada en esta presunta conspiración y mostró un informe reservado enviado por el jefe de la misión de observadores de la OEA, el argentino Rafael Bielsa, al secretario general del organismo, el chileno José Miguel Insulza, en el que denunciaba irregularidades en el sistema previsto de recuento de votos. "Y luego apareció por la noche para decir que no había problemas", destacó Correa quien ha convertido al argentino en la diana de sus críticas.
El líder de Alianza País, una formación que apenas tiene un año de vida, ha hecho un llamamiento para reclutar 40.000 voluntarios que en la segunda vuelta se encarguen de controlar el escrutinio en las mesas.
Victoria total
Correa sostiene que ha vencido en esta primera vuelta por al menos cuatro puntos de diferencia pero sus adversarios han advertido cómo el candidato de izquierda ha cambiado su tesis en 24 horas, ya que hasta el sábado por la noche aseguraba que "si no se produce una victoria total en la primera vuelta es porque ha habido fraude".
Fuentes diplomáticas en Quito consideran que si el candidato de Alianza País opta por la estrategia de centrarse en las denuncias de irregularidades para la segunda vuelta la diferencia de votos a favor de Noboa se ampliará considerablemente. La paradoja de estas elecciones es que el vencedor se había retirado de la carrera presidencial hace poco más de un mes y que las encuestas elaboradas hace varias semanas no le daban ninguna posibilidad.
Noboa ha sido el candidato que más duramente ha atacado a Correa, a quien califica de "peligro comunista" y ha prometido que en el caso de convertirse en presidente Ecuador no tendrá relaciones con la Venezuela de Hugo Chávez, además de intensificar su colaboración EE UU y Colombia. Uno de los puntos más polémicos de la campaña de Correa se produjo cuando se negó a condenar a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
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