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Reportaje:

"Hay que refundar el país"

Unos 90.000 ecuatorianos, del más de medio millón que vive en España, eligieron ayer presidente en cuatro ciudades

J. A. Aunión

"En Ecuador, los votos se compran por un paquete de arroz, repartiendo 10 camisetas", asegura la ecuatoriana residente en España desde 1993 Dora Aguirre (36 años). Sin embargo, dice que el ecuatoriano emigrante, que ha logrado mejorar su calidad de vida (el país suramericano sufre desde 2000 una terrible crisis económica) o, al menos, cubrir sus necesidades básicas, "representa un voto más pensado, más crítico, más medido". Aguirre votó ayer en el Palacio de los Deportes de Madrid para las elecciones presidenciales de Ecuador. En Barcelona, Valencia y Murcia -donde 27 personas tuvieron que recibir asistencia médica debido a avalanchas, lipotimias y caídas- se albergaron los otros tres colegios electorales en España. Por primera vez, los ecuatorianos residentes en el extranjero pueden ejercer su derecho al voto.

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De los cerca de 600.000 ecuatorianos residentes en España, sólo han podido votar unos 90.000, ya que para ello había que pasar un pesado proceso burocrático para actualizar los datos del padrón en los cuatro consulados ecuatorianos en España (ubicados en las mismas ciudades que los colegios electorales). El total de votos en el extranjero que recibirá Ecuador será de 143.000, así que la española va a ser la bolsa de sufragios emigrantes más importante.

Vladimir Paspuel (43 años), de la asociación de ecuatorianos en Madrid Rumiñahui, que atendía ayer en un puesto de información del Palacio de los Deportes una cola de unas 100 personas sólo una hora antes del cierre del colegio (el horario fue de 7.00 a 17.00), se quejaba de que el proceso de empadronamiento para votar, entre octubre de 2005 y abril de 2006, "fue lento y escasísimo de información"; 15 días antes de que terminara el plazo, corrió el rumor de que si no votaban, los ecuatorianos en España tendrían que pagar multas de 300 euros (dentro del país, el voto es obligatorio), con lo que los consulados se colapsaron con miles de personas y la infraestructura fue incapaz de atender la demanda, que disminuía cuando se iban enterando de que en el extranjero el voto no es obligatorio. Aun así, Paspuel estaba ayer contento porque había votado mucha gente. "Todo el día ha estado lleno, creo que habrá una participación de más del 80%", y añade que en Madrid estaban inscritos para votar más de 32.000 ecuatorianos.

Dora Aguirre (auxiliar de geriatría), Vladimir Paspuel (mediador intercultural), Edgar Tayo (estudiante y limpiador, 24 años), Walter Mera (empresario, 60 años) y Miriam Soto (auxiliar administrativa) han hecho campaña los últimos meses para convencer a sus compatriotas de que votasen. Los motivos que tuvieron los cinco para emigrar a España varían ligeramente (Mera fue un damnificado directo de la crisis de 2000; perdió su empresa), pero todos coinciden en que quieren volver algún día a su país. Están convencidos de que el voto en el extranjero puede ser decisivo, también por la influencia que ejercen sobre sus familiares y amigos en Ecuador. "En muchas ocasiones, los que estamos aquí somos los que sostenemos económicamente a nuestra familia allá", dice Paspuel, recordando que el segundo ingreso de divisas más importante del país suramericano, después del petróleo, es el dinero enviado por ellos.

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Miriam Soto va a votar nulo, "voto de castigo". "Hay que refundar Ecuador, empezar de cero", clamaba. "La mayoría estamos aquí por culpa de los políticos, estamos decepcionados, dolidos con ellos", explicaba Aguirre. En la última década, Ecuador ha tenido un presidente cada dos años (las legislaturas son de cuatro).

Vladimir Paspuel sabe que muchos de sus compatriotas se habían desentendido por eso de las elecciones, así que se ha dedicado a recordarles en los últimos meses "que sus familiares siguen allí, y que ellos mismos querrán volver algún día". Ayer, justo antes de que se cerrasen las puertas del Palacio de los Deportes, volvía a recalcar la importancia del voto en el extranjero: "La frase que más he escuchado a mis compatriotas estos meses es: 'Ahora tengo la barriga llena, ahora mi voto será más crítico, más razonado".

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Sobre la firma

J. A. Aunión
Reportero de El País Semanal. Especializado en información educativa durante más de una década, también ha trabajado para las secciones de Local-Madrid, Reportajes, Cultura y EL PAÍS_LAB, el equipo del diario dedicado a experimentar con nuevos formatos.

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