El cónsul en Cancún asegura que la española detenida "no ha visto una bala en su vida

La balanza de la Justicia mexicana parece inclinarse del lado de la turista española Ana María Ríos Bemposta -detenida en Cancún (México) el 8 de octubre al descubrirse en su maleta varias balas y un detonador- gracias a las contradicciones en que han caído dos agentes de vigilancia del aeropuerto de la ciudad, principales testigos del caso. Álvaro Alcocer, abogado de la joven gallega, peluquera en Arcade (Pontevedra) que estaba de viaje de novios en Cancún, ha asegurado que tras el careo de la detenida y los agentes confía en que "salga libre el lunes o martes".

El negro panorama de Ana María Ríos Bemposta, de 26 años, comenzó a aclararse el viernes pasado, cuando Gerardo Martínez Ramírez -agente de la Policía Federal Preventiva- compareció ante el juez Alfonso García. Este agente declaró que fue él quien encontró, accidentalmente, una bala cuando revisaba el equipaje de la española.

Ana María y su marido, recién casados, habían concluido su feliz luna de miel y se disponían a emprender el vuelo de regreso a España. Hacía dos horas que habían perdido el contacto con sus maletas. El agente las cogió cuando ya estaban en la cinta transportadora, hacia los aviones. Según su testimonio, uno de los cartuchos cayó cuando comenzaba la revisión.

Pero, poco más tarde, interrogada por separado, la trabajadora de seguridad Tania Berenice, que supervisa los equipajes que pasan por la máquina de rayos X, se atribuyó el hallazgo de la carga.

Algunos medios del Estado de Quintana Roo, donde se encuentra el balneario de Cancún, han adelantado que la visitante, que había pasado su luna de miel en este lugar con su esposo, Marcos Dasilva, habría sido víctima de un montaje de alguna banda para distraer la vigilancia en este frecuentado aeropuerto del Caribe mexicano. El método sería el de la maleta escoba, un señuelo que barre la vigilancia policial al concentrar toda la atención sobre su contenido, y así poder colar algún tipo de mercancía prohibida, como droga.

En declaraciones a la prensa, el abogado Alcocer dejó claro que en el entramado "alguien está mintiendo". En la maleta de la mujer fueron encontrados el domingo 8 de octubre cartuchos de distintos calibres (7,62 milímetros; 0,223 milímetros; 9 milímetros), dos casquillos calibre 38 y 50 milímetros (un modelo especializado para francotiradores desde grandes distancias) y un encendedor EM-1 Expal para detonar explosivos.

El caso se ha convertido en un asunto de alta política, ya que ha golpeado las relaciones turísticas de México y España. En este escenario, el gobernador de Quintana Roo, Félix González Canto, ha asegurado que todo quedará disipado y que las relaciones no se verán afectadas.

El diario Novedades de Cancún indicó ayer que "los principales testigos de cargo han caído en contradicciones" durante el careo con Ana María. Y auguró: "Todo apunta que el lunes o martes la turista podrá recobrar su libertad", precisamente por "las contradicciones en las que cayeron el elemento de la Policía Federal Preventiva, Gerardo Martínez Ramírez, y Tania Berenice Camargo, encargada de vigilancia en el aeropuerto internacional de Cancún".

El cónsul de España, Javier Marañón, ha seguido el caso minuto a minuto y ha señalado que está convencido de que Ana María es inocente y de que "nunca ha visto una bala en su vida". Consideró la posibilidad de que al final se le aplique una sanción leve por los explosivos descubiertos en su maleta, pero nada grave. La joven permanece en prisión debido a que entre los artefactos se detectó un detonador, lo que hace que el delito de que se le acusa sea grave y no pueda obtener su libertad bajo fianza, aunque estos días los está pasando en la enfermería del recinto penitenciario.