La realidad vence a la fantasía
Las alemanas 'Requiem' y 'Rohtenburg (Grimm love story)' ganan en Sitges 2006
Requiem, de Hans-Christian Schmid, ha sido la gran triunfadora en el palmarés de la presente edición del Festival de Sitges. Merecedora de los premios a la mejor película y a la mejor actriz (Sandra Hüller, ya galardonada en la Berlinale), la cinta se basa en la historia real de Anneliese Michel, una chica de 23 años que, en 1972, murió de agotamiento en la localidad alemana de Miltenberg después de ser sometida a varias sesiones de exorcismo. El jurado internacional, integrado por la actriz Leticia Dolera, la escritora Pilar Pedraza, los directores Monte Hellman y Tom Schiller y el crítico Carlos Losilla, parece haber apostado por la realidad, frente a los no pocos trabajos de interés que proponían un mayor vuelo fantástico. El premio de la Crítica José Luis Guarner también ha recaído en Requiem.
Rohtenburg (Grimm love story), de Martin Weisz, película alemana que abordaba otro caso real -el del caníbal que devoró a su víctima previa cita por correo electrónico-, ha recibido los premios al mejor director y a la mejor fotografía y un premio al mejor actor que, merecidamente, se ha desdoblado en un ex aequo que ha distinguido el intenso y convincente trabajo de los intérpretes Thomas Krestchmann y Thomas Huber, en los roles respectivos de depredador y devorado.
Con alguna que otra proyección puntuada por desmayos, la película de Weisz ha sido una de las que más han dado que hablar durante este certamen. La cita cinéfila ha contado con una sección oficial tan robusta que resulta inevitable lamentar omisiones en el reparto de premios. Del mismo modo, se antoja inapropiado discutir las nada arbitrarias decisiones fijadas en el palmarés.
Homecoming, el episodio dirigido por Joe Dante para la serie televisiva Masters of horror promovida por Mick Garris, ha sido el Premio Especial del Jurado, que también ha galardonado el incisivo guión de Sam Hamm con sus zombificados soldados de Irak reclamando el derecho al voto para acabar, democráticamente, con el presidente Bush. La muy espectacular película coreana con monstruo The host ha recibido el premio a los mejores efectos especiales y ha sido considerada la mejor película del certamen por los miembros del jurado de la sección paralela -dedicada al cine oriental- Orient Express. Otra película coreana de muy diverso signo, Time, de Kim-ki Duk, ha visto reconocido en el palmarés de la sección oficial su trabajo de efectos de maquillaje.
Completan la lista de los galardones principales la franco-georgiana Tzameti (13), de Gela Babluani (mejor banda sonora), la noruega Den Brysomme Mannen, de Jens Lien (mejor diseño de producción) y los cortometrajes A for(r)est in the des(s)ert, de Luiso Berdejo y The Handyman, de Simon Rumley.
La película de animación danesa Princess, de Anders Morgenthaler, ha merecido el premio a la mejor película europea otorgado por el jurado del Méliès de Plata, convirtiéndose en candidata al Méliès de Oro. La independiente Brick, de Rian Johnson, traslación adolescente de las ficciones de Dashiell Hammett, se ha alzado en el premio Ciudadano Kane al director revelación. La japonesa The girl who leapt through time, de Mamoru Hosoda, se ha impuesto a la poderosa Páprika, de Satoshi Kon, en la categoría de mejor largometraje de animación. La británica Joanna Quinn se ha llevado el premio al mejor corto de animación con Dreams and desires-family ties.
Por último, la que para muchos fue la mejor película del certamen, Exiled, de Johnny To, ha sido así considerada por el Jurado Carnet Jove, que también ha fijado su atención en la cinta más extraña que se ha proyectado estos días, la experimental y malsana What is it?, de Crispin Glover, premiada como mejor película de la sección golfa Midnight X-Treme.
Sitges 06 cierra su balance con 280.000 euros de recaudación y un sustancial aumento de afluencia de público, datos que parecen confirmar la consolidación del modelo vigente, especializado en el género fantástico pero generoso en propuestas alternativas.
La Croisette del otro lado
Los cineastas Alejandro Amenábar, Kiyoshi Kurosawa y Alejandro Jodorowsky y el técnico de efectos especiales de maquillaje Howard Berger han visto reconocida su trayectoria y su aportación al fantástico al recibir el premio honorífico La Màquina del Temps en esta edición del Festival de Sitges. Preservar y honrar la memoria del género, pero, también, mantener afinados los radares para que no se escapen sus últimas formas evolutivas: éste parece ser el credo de una cita anual que el aficionado vive como banquete pantagruélico.
El próximo año, el certamen de Sitges llegará a cuarentón y está dispuesto a celebrarlo a lo grande. Clásicos contemporáneos del fantástico como E.T., de Steven Spielberg; La Cosa, de John Carpenter y Blade Runner, de Ridley Scott, cumplirán 25 años en 2007 y es posible que las efemérides tengan su reflejo en una programación que ya ha empezado a esbozarse. Ángel Sala, director del Festival, presentó ayer ante la prensa la primera versión del próximo cartel: en él, el emblemático King Kong que sirve de símbolo al certamen ha sido transformado en una elaborada pieza de origami. Un guiño nada obvio al unicornio origami que aparecía en Blade Runner, la película que tiene más puntos para convertirse en el centro de los homenajes de Sitges 07.
Durante 10 intensos días, se ha visto de todo: desde la educadísima extravagancia de Crispin Glover hasta el mal genio de Larry Cohen, pasando por la sobriedad casi existencialista de Kiyoshi Kurosawa, el pétreo laconismo de Anthony Wong -uno de los últimos grandes duros del cine hongkonés-, la colorista vehemencia de Terry Gilliam, la mística canalla de Jodorowsky, los ecos del terror de pipas de Víctor Israel o Paul Naschy, el desaliño chandalista de Neil Labute y el anticlimático sentido del humor del actor Julio Perillán. El paisaje suburense se ha convertido, en suma, en una suerte de Croisette del otro lado. Que sea así por muchos años.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.