El jefe del Ejército británico pide la pronta retirada de sus tropas en Irak
El general Dannatt afirma que la presencia extranjera "agrava los problemas de seguridad"
El general Richard Dannatt, jefe del Ejército británico, desencadenó ayer una tormenta política al afirmar que las tropas británicas deberían retirarse "pronto" de Irak y admitir que su presencia allí está "agravando los problemas de seguridad". Horas después, Dannatt emitió un comunicado clarificando que las tropas "se mantendrán en el sur de Irak hasta que esté acabado el trabajo" y proclamando su voluntad de seguir trabajando "hombro con hombro" con EE UU. El primer ministro, Tony Blair, reiteró su confianza en el general y aseguró que ambos tienen la misma visión sobre Irak.
Las declaraciones de Dannatt, jefe del Alto Estado Mayor del Ejército del Reino Unido desde hace sólo seis semanas, se incluyen en una extensa entrevista publicada por el diario The Daily Mail que cayó como una bomba en el mundo político británico al ser interpretadas como una desautorización directa de las posiciones defendidas por el Gobierno. Blair había reiterado hace apenas 15 días, en el congreso del Partido Laborista, que una retirada de Irak no haría más que agravar la situación de inseguridad y violencia en ese país.
Sir Richard afirma que "la historia" demostrará si la esperanza de implantar una democracia de corte occidental en Irak "era una esperanza sensata o ingenua" y reconoce: "No creo que vayamos a conseguirlo. Creo que tendríamos que rebajar el nivel de nuestras ambiciones". En el pasaje más polémico de sus comentarios, añade: "Creo que tendríamos que marcharnos en algún momento, pronto, porque nuestra presencia agrava los problemas de seguridad".
"Estamos en un país musulmán y está muy claro cuál es la visión que los musulmanes tienen sobre los extranjeros", añade el general. "Como extranjero, puedes ser bienvenido si estás invitado a ir al país, pero desde luego a nosotros no nos invitaron a ir, no nos invitó a ir la gente que estaba allí. Hay que admitir que fue la campaña de 2003 lo que nos abrió la puerta. Eso es un hecho. No digo que las dificultades que estamos afrontando en el mundo estén causadas por nuestra presencia en Irak, pero sin duda nuestra presencia en Irak las ha agravado", reconoce.
El impacto de sus palabras le obligó a contextualizarlas a primera hora de la mañana. En declaraciones a la prensa dio a entender que han sido sacadas de contexto y que se reafirma en ellas porque "no hay nada noticioso". Y explicó en un comunicado que la presencia de los soldados británicos está ayudando a mejorar la situación en algunas zonas, "pero hay otras partes en las que nuestra mera presencia agrava la situación y eso tiene como consecuencia la violencia".
Downing Street aseguró que los puntos de vista del general no son contradictorios con la posición del Gobierno y que sigue contando con el pleno respaldo de Blair como jefe de las Fuerzas Armadas.
Coincidencias con Blair
El general Dannatt, a su vez, aseguró que no le separa "ni el grosor de un papel de fumar" de las posiciones del primer ministro. Downing Street puso especial hincapié en que el general nunca se refiere a una retirada inmediata de Irak, sino a una pronta retirada. Y sir Richard especificó en su nota pública: "Soy un soldado; no nos rendimos, no izamos la bandera blanca. Nos mantendremos en el sur de Irak hasta que esté acabado el trabajo". "Nuestro propósito en Irak es retirarnos en algún momento pronto, cuando la misión esté cumplida", precisó ante la prensa. "Hemos estado allí tres años y medio. Cuando empezamos teníamos decenas de miles de soldados y ahora sólo hay 7.000. Hemos entregado ya dos de las cuatro provincias [bajo control británico]. No queremos estar allí otros dos, tres, cuatro, cinco años. Tenemos que pensar en ello en términos de un plazo de tiempo razonable", aclaró.
Blair insistió en que no ve contradicción entre la posición del Ejército británico y la del Gobierno. "Estoy de acuerdo con cada palabra de la transcripción de la entrevista, vista en su contexto. Es precisamente lo que nosotros decimos", declaró el primer ministro. "Hay que distinguir entre los titulares de un periódico y lo que la gente dice en realidad", añadió Blair. El portavoz de la Casa Blanca, en cambio, declaró en Washington que no estaba de acuerdo con el general británico.
Pese a las buenas palabras de Blair, las declaraciones del general sir Richard Dannatt están destinadas a tener un gran impacto político tanto por su contenido como por el mero hecho de que el jefe del Ejército eleve públicamente la voz en un asunto de esa trascendencia, una guerra que ha marcado la política británica en los últimos años y que ha destrozado la carrera política de uno de los más brillantes primeros ministros de la historia reciente del Reino Unido.
Aunque ponen las cosas difíciles a Blair, las declaraciones de Dannatt parecen facilitar la tarea de su sucesor aparente, Gordon Brown, llamado a ocupar el poder en menos de un año y que puede apoyarse en ellas para acelerar una retirada británica si para entonces no se ha producido. Pero al mismo tiempo eso amenaza con abrir un conflicto con Estados Unidos en un tema de enorme sensibilidad electoral en ambos países.
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