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Anna Politkóvskaya escribía un artículo sobre torturas en Chechenia

La policía se incauta del ordenador y los apuntes de la periodista crítica con Putin

La policía continuó ayer los registros en el periódico Nóvaya Gazeta, donde Anna Politkóvskaya, asesinada el sábado en el ascensor de su casa, trabajaba desde 1991, y se incautó del disco duro de su ordenador y de todos los apuntes que le pertenecían. Mientras, el fiscal general de Rusia, Yuri Chaika, anunciaba que ha tomado bajo su control personal la investigación del asesinato. Politkóvskaya trabajaba en un artículo sobre los secuestros y las torturas en Chechenia, que debía aparecer hoy en Nóvaya Gazeta, uno de los pocos periódicos críticos con el Kremlin que todavía quedan en Rusia.

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"Politkóvskaya molestaba con su independencia, con su honradez, con su lucha sin compromisos contra la arbitrariedad", declaró ayer Valeri Bórshchev, copresidente del grupo de derechos humanos del partido Yábloko, en la plaza Pushkin, donde se congregaron unas 2.500 personas para honrar la memoria de la periodista asesinada. A la manifestación acudieron los líderes de los partidos democráticos y de las organizaciones de defensa de derechos, políticos, colegas y simples lectores. También en San Petersburgo se celebró un mitin en memoria de la periodista, que se había dedicado ante todo a denunciar los crímenes cometidos en Chechenia por los militares y las estructuras gubernamentales.

La fiscalía ha determinado varias direcciones en la investigación del asesinato, una de las cuales son precisamente las denuncias que la periodista hacía sobre la conducta de las fuerzas del orden público en Chechenia. Las investigaciones que ella realizó fueron motivo para la apertura de causas criminales contra militares por crímenes cometidos en esa república norcaucásica, como el abierto en 2002 contra el oficial Serguéi Lapin.

Hoy debería haber aparecido en Nóvaya Gazeta su investigación consagrada a los secuestros y torturas perpetrados en Chechenia por las fuerzas que controla el primer ministro del Gobierno checheno prorruso, Ramzán Kadírov. Politkóvskaya había conseguido una serie de testimonios e incluso fotografías, según cuentan sus colegas, pero el artículo nunca llegó a la redacción del periódico. Verdad es que Politkóvskaya tenía plazo hasta ayer para entregar el material, que probablemente pensaba terminar quizá el mismo sábado, cuando fue asesinada. Dmitri Murátov, director del bisemanario Nóvaya Gazeta, dijo ayer que tenían algunos materiales que Politkóvskaya iba a utilizar y que publicarán sin falta.

Investigación de la fiscalía

Si Politkóvskaya tenía el artículo en su casa, es posible que ahora esté en manos de los que investigan su asesinato, ya que la policía hizo registros no sólo en Nóvaya Gazeta, sino también en su apartamento, llevándose consigo todo lo que considera que puede ayudar a resolver el caso. Su diario, sus agendas, sus notas, el disco duro de su ordenador: todo está ahora siendo estudiado por la fiscalía.

Kadírov había sido blanco de las denuncias de Politkóvskaya en más de una ocasión, y de ahí que algunos de sus colegas piensen que él pueda haber organizado el asesinato. Sin embargo, Kadírov no es su único enemigo. Como dijo el ultranacionalista Vladímir Zhirinovski, vicepresidente de la Duma estatal o Cámara baja del Parlamento ruso, Politkóvskaya normalmente no se andaba con rodeos y nombraba directamente los apellidos de los hombres a los que acusaba de cometer crímenes. "Lo más probable es que sea alguna de esa gente que ha ajustado cuentas con ella", declaró Zhirinovski.

"Politkóvskaya se distinguía por llevar una lucha sin compromiso, intransigente", manifestó por su parte el diputado Alexandr Jinshtein, conocido por sus buenos contactos con los órganos de seguridad. "Seguramente, uno de los héroes de sus escritos decidió vengarse", señaló.

La periodista también investigaba los casos de corrupción en el Ministerio de Defensa y en las tropas federales emplazadas en Chechenia. Además, ayudaba a los chechenos que llevaban sus denuncias al tribunal de Estrasburgo. El círculo de sus enemigos era muy amplio y, como subrayó Alexéi Venedíktov, director de la prestigiosa radio El Eco de Moscú, Politkóvskaya atacaba los intereses de "poderosos grupos políticos".

Nóvaya Gazeta ha decidido realizar su propia investigación independiente. "La experiencia de otras investigaciones confirma que nosotros podemos conseguir más información que los órganos de seguridad. Lo que sucede es simplemente que ellos no tienen las fuentes con las que nosotros contamos", explicó el subdirector, Vitali Yaroshevski.

El asesinato de Politkóvskaya ha tenido gran repercusión, tanto en Rusia como en el extranjero. Estados Unidos, el Consejo de Europa, y organizaciones de periodistas y derechos humanos han pedido a las autoridades rusas que realicen una rápida investigación del asesinato y un juicio abierto contra los ejecutores y organizadores. Incluso el presidente checheno, Alú Aljánov, dijo sentirse conmocionado por la muerte de Politkóvskaya, aunque no compartía su visión de lo que sucedía en Chechenia. Quien no ha roto su silencio es el líder ruso, Vladímir Putin, aunque ayer se reunió en el Kremlin con los miembros del Consejo de Seguridad.

Una mujer deposita un ramo de flores en el lugar donde fue asesinada Anna Politkóvskaya.
Una mujer deposita un ramo de flores en el lugar donde fue asesinada Anna Politkóvskaya.EFE

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